Ocurrió el pasado 5 de agosto en la localidad toledana de Santa Olalla. Mientras el navarro Javier Díaz se subía al segundo cajón del podio del Campeonato de España de Perros de Muestra (en la categoría de británicos), su paisano Eduardo Burgos Roncal trataba de recomponerse de un mazazo terrible. Su perro Erdi, con el que se había proclamado ese mismo año campeón de Europa por equipos en Perros de Muestra, había muerto por un golpe de calor en mitad de la prueba en el campo toledano. “Fue un impacto tan duro que pensé en dejar la competición”, cuenta ahora este vecino de Mélida de 42 años. Por fortuna, el destino guardaba para él otros planes.

El destino, precisamente, se valió de un amigo suyo francés para evitar que abandonara un mundo en el que lleva inmerso más de diez años. Para ayudarle a recomponerse, le regaló a Malo, un bretón macho de ocho años con un bagaje impresionante a sus espaldas, ya que había sido, entre otros muchos logros, campeón internacional en el país vecino. Y el pasado fin de semana en Alsasua, añadió un triunfo más a su palmarés. “Lo primero que hice tras conseguir la victoria fue escribirle un mensaje a mi amigo y decirle: ‘Tienes un perro campeón de Navarra”. Estas palabras de Burgos reflejan la ilusión de quien tuvo que superar una gran pérdida, pero que, con esfuerzo y pasión, se ha recompuesto y ha regresado a lo más alto.

Burgos, que dedicó el trofeo navarro a su mujer, Yanire, y a sus hijos Asier, Amaia y Julen, de siete, cinco y tres años, respectivamente, recuperó en Alsasua no solo su autoestima, sino un primer puesto que ya había obtenido en el año 2021 con Jambo. En este 2024, se proclamó campeón navarro de Perros de Muestra, en la categoría de continentales, junto a Malo y por delante del tafallés José Luis Gorricho, con su pachón navarro Rumba del Castillo. Ambos cazadores ya tienen en sus manos los billetes para asistir como participantes al próximo Campeonato de España de Perros de Muestra, que se celebrará el próximo 13 de abril. En los dos puestos de reserva se quedaron Carlos Cenoz, de Ororbia y que disputó la prueba con un bretón macho de nombre Bat; y de nuevo Burgos con un ejemplar hembra de bretón llamado Nes.

Todos ellos lideraron la clasificación de una prueba que contó con una novedad que llevaba siendo solicitada varios años por los competidores: que el torneo de perros de muestra, en el que se valora la capacidad del can para mostrar la dirección donde se encuentra la caza, se llevara a cabo con perdices, la pieza reina de esta modalidad y la que se emplea también en el Campeonato de España. Anteriormente, las pruebas autonómicas de la Comunidad foral se habían hecho con faisanes, ya que está prohibido soltar animales en hábitats donde ya viven ejemplares autóctonos. Por ello, hubo que trasladar la competición desde Mendavia, donde se acostumbraba a realizar el torneo, hasta Alsasua, uno de los pocos lugares de Navarra en los que se pueden sembrar perdices.

El cambio de terreno y, sobre todo, de piezas de caza agradó a los participantes, que aumentaron su número, en comparación con años pasados. Seis perros continentales y ocho británicos salieron al campo a buscar el triunfo en una jornada en la que quien no acompañó fue la meteorología, ya que llovió abundantemente durante toda la mañana. Quizá por ese motivo, ninguno de los perros de la modalidad de británicos superó la prueba, por lo que no pudo establecerse un podio.

Esto no quiere decir, según comenta el juez de la misma, Adolfo Iglesias, que los perros y sus conductores no tuviesen calidad. Sin ir más lejos, entre ellos figuraba el alsasuarra Javier Díaz Echávarri, todavía subcampeón de España y campeón navarro en el 2023. “No es una situación insólita que ningún perro supere la prueba, aunque no es lo deseable”, indica Iglesias, nacido en Santurce y con una enorme trayectoria como juez internacional, en la que ha valorado, incluso, campeonatos del mundo. En estas competiciones, añade, se tienen en cuenta muchos aspectos, como el trabajo del perro, su recorrido por el terreno, la forma en la que busca las piezas y la manera en la que las muestra, así como su expresión o la tipicidad de la raza. Confirma Iglesias que sí llovió bastante el día de la prueba, pero que eso no ha de impedir a los participantes el mostrar su buen hacer: “Todos afrontaron las mismas condiciones y todos tuvieron el mismo número de piezas en el terreno, con el viento siempre a favor”.

En este sentido, alega que cualquier perro puede tener un mal día y que, por ello, no se le debe descartar solo por una competición en la que no haya podido demostrar sus cualidades. Por ello, trasladó a la Federación Navarra de Caza (FNC), la organizadora del campeonato, una lista con los animales que él dejaría en reserva. En primer lugar, estaría Dendaberri Old, un setter macho del riojano Fermín Hernández. Y en segundo y tercer lugar, los perros de Javier Díaz, Alan Ares, un setter macho, y Rensetter Iveco, el setter inglés con el que logró la segunda posición en el pasado Campeonato de España. Ahora es cometido de la federación decidir qué hace con las dos plazas que posee para el próximo torneo nacional, a las que no puede optar, por ser de La Rioja, Fermín Hernández. Si finalmente Javier Díaz es seleccionado, participará en la prueba estatal junto con los dos primeros clasificados de la modalidad de perros continentales, los ya citados Burgos y Gorricho.

La disputa de estos dos últimos navarros fue muy pareja, según alega Burgos. “Tuve la suerte de mi lado, porque acababa de llegar de competir en la Semana Internacional de Andalucía y Malo estaba en una forma física muy buena, con el olfato en perfectas condiciones. Pero reconozco que Gorricho es tan bueno o mejor que yo”, confiesa, al tiempo que agradece a la FNC que haya escuchado las reclamaciones de los competidores y cambiara los faisanes por perdices en una prueba en la que no hay muerte, ya que los disparos son de fogueo.

En su caso, compatibiliza su calendario entre los torneos que organizan la FNC y la Real Federación Española de Caza y los dirigidos por la Real Sociedad Canina de España. “Para mí, el Campeonato de Navarra siempre es especial y, por eso, me ha hecho mucha ilusión volver a ganarlo, aunque sí que es cierto que los de la Real Sociedad Canina de España te permiten después competir a nivel internacional”, comenta este melidés, que sale a entrenar con sus perros cuatro o cinco días a la semana.

“La de perros de muestra es la única modalidad en la que participo –sostiene– y me gusta porque los perros ven caza, pero no hay muerte”. Se trata, a su juicio, de pruebas en las que lo más complicado es conseguir que el can no se marche detrás de la pieza. “Ese momento en el que sale la pieza y detonas el arma es crítico, porque para los perros es muy difícil no salir corriendo. Y si lo hacen, están eliminados automáticamente”, argumenta.

De cara al Campeonato de España, Burgos revela que, aunque irá con el aliciente de haber conseguido triunfar en Alsasua, tendrá que hacer frente a muchos recuerdos. “Seguro que la cabeza estará más en Erdi que en ganar. Pero intentaré resarcirme de ese dolor y terminar con una alegría”, concluye.