“Quiero ser una copia barata de otra persona, tengo alma de plástico, qué más da”. Esta frase refleja bien lo que quiere ser Torcidxs, la nueva propuesta escénica de Las Nenas Theatre, cuyo estreno está previsto para este domingo, 24 de noviembre, a las 19.30 horas, en la casa de cultura de Villava. Y es que, para las componentes de la compañía navarra, que huye de lo panfletario, nada es blanco o negro y todo tiene sus matices. Y cuando se llega a un enfrentamiento, lo mejor es respetar y debatir y no acomodarse y dejar que otros decidan lo que tienen que pensar.
Este es el talante con el que Ane Sagüés y Cristina Tomás, Las Nenas, han erigido este proyecto que ya ha recorrido mucho camino antes de subirse a las tablas. Todo empezó en el Festival de Olite de 2023. Entonces, Sagüés y Tomás obtuvieron una de las residencias de investigación y creación, donde comenzaron a indagar en torno a los estándares de belleza y perfección establecidos. Y lo hicieron desde sus propias experiencias personales, las de dos mujeres que han sufrido diferentes impedimentos físicos en su vida y que saben lo que son las expectativas que ajustarse a lo que la sociedad considera que está bien.
La perspectiva diferente que aportaba esta investigación ha llamado la atención de varias entidades, que la han respaldado de distintas formas. Así, fueron seleccionadas por el Programa Innova de Fundación Caja Navarra y Fundación la Caixa, por el Gobierno de Navarra (Artem Pro), Antartika Kultur Container, Centro de Arte Contemporáneo de Huarte (Ekoiztu 2023), la Casa Encendida de Madrid y BAD Bilbao (Festival de Teatro y Danza Contemporánea). Seguramente será por estos apoyos que les han permitido trabajar de manera profesional, con un equipo amplio y durante un tiempo que ya tienen 10 funciones cerradas dentro y fuera de Navarra y esperan más. La del domingo en Villava ha agotado las entradas. “Tal y como están las cosas en Navarra, es muy fuerte tener ya tantos bolos firmados”, como también lo es, continúa Ane Sagüés, “poder trabajar con un equipo como el que hemos formado” y que dirige Alessandra García, responsable también de la dramaturgia junto a las dos fundadoras de la compañía.
El montaje se sustenta en una serie de materiales que fueron el germen del proyecto y que les sirvieron para trabajar “conceptos de la teoría feminista, de la dictadura de la imagen, los cuerpos y la normatividad” con Maia Ansa y Adriana Cerdán. Este discurso va sonando a lo largo de la función “como un zumbido”, comenta Sagüés.
Territorio de conflicto
Una vez realizada toda esta fase previa, llegó el momento de producir, lo que supone un paso muy importante “hacia la profesionalización de la compañía”. En este apartado han contado con Asun Abad, María Sánchez y Nerea Merino, y con el apoyo de Innova han generado no solo la obra de teatro, sino también una conferencia performativa que “iremos llevando a institutos y asociaciones”.
Por su parte, David Bernués se ha encargado del vídeo y la iluminación, creando tres ambientes diferentes, uno más poético, otro teatral y el tercero, un espacio donde los cuatro personajes vuelven a ser cuatro personas y, en alguna medida y sin caer en lo confesional, cuentan sus experiencias con el cuerpo como territorio de conflicto. Esa idea inicial de querer ser algo diferente a una misma provoca una vorágine de juicios e identidades que construye un montaje escénico en el que se juega a mezclar realidad y ficción planteando “hasta qué punto la obra teatral es mentira y hasta qué punto la pura vida es verdad”, apunta Alessandra García.
Música y capas de vestuario
El vestuario de Ainhoa Escalada, “una persona talentosísima”, en palabras de Cristina Tomás, contribuye, asimismo, a armar la estética del espectáculo, cuyo elenco completan Jon y Maddi Muñoz. “Hay muchas capas, te vas quitando prendas y aparecen otras, y en ese proceso de van revelando aspectos de los personajes”, incide Sagüés, creadora de las canciones y del espacio sonoro junto a Izai Rodríguez. “Las letras las hicimos a partir de fragmentos del texto y de comentarios de redes sociales” y la música, “desde temas que nos gustaban”.
Así, los códigos y la forma teatral del proyecto, junto con la dramaturgia final con la directora se plasman en Torcidxs, una propuesta política “que nos concierne a todos”. “No queremos que nos digan qué tenemos que pensar, sino abrir un debate. Habrá gente a la que le parezca políticamente correcto lo que contamos; hay temas en los que no nos mojamos nada y otros en los que sí y quizá esto pueda generar violencia, asco o incomodidad, y eso es lo político, que como persona te cuestiones tu propio pensamiento”, terminan Las Nenas.