Pecos, Pedro y Javier, regresarán el próximo 28 de noviembre a Pamplona con su gira Dos Voces y una Historia, un concierto en el Navarra Arena que será muy diferente al que hace 45 años protagonizaron en el Club Larraina en plenos Sanfermines, que fue boicoteado y que tuvo que ser suspendido en medio de un fenomenal tumulto.

Era un 8 de julio y los incidentes ya comenzaron en el hotel Tres Reyes de Pamplona, donde los artistas se alojaban. Unas trescientas personas asaltaron el establecimiento con el ánimo de lincharlos, informaba El Pensamiento Navarro.

A lo largo de la tarde se habían ido concentrando ante las puertas del hotel numerosas fans para conseguir un autógrafo. A partir de las doce de la noche al grupo se fueron uniendo "jóvenes desesperados que habían sido abandonados por sus novias al enterarse éstas de que Pecos estaba en el hotel", relata la publicación.

Rápidamente se constituyó un "comité anti-Pecos" para lanzar al dúo a la piscina después de la actuación en Larraina. La cosa no acabó ahí. Como los Pecos tardaban en salir del hotel, el comité decidió subir a buscarlos. En cuestión de minutos, y después de batir las puertas y golpear los cristales, una avanzadilla se coló en el hotel, y detrás de ella un buen número de los reunidos. Al grito de "Pecos kanpora, Pecos dimite, Pamplona no te admite" y algunos otros mucho menos finos, se lanzaron escaleras arriba ante el asombro de los huéspedes, que no sabían si aquello era parte o no del programa de fiestas previsto para aquellas fechas.

Cuarenta y cinco minutos duraba ya la ocupación del hotel cuando la dirección decidió llamar a la Policía. En vista de ello, el comité optó por trasladar su campo de actuación a Larraina.

La actuación no pudo terminar

Pecos, que cobraba 500.000 pesetas por actuación, subió al escenario a las tres de la mañana, vestidos de blanco y rojo, y tuvieron que bajarse "diez minutos antes de que terminara el recital" porque el comité cumplió a la perfección su cometido. Les lanzaron de todo: botes, vasos de cristal, cigarrillos encendidos, spray fluorescente que se pegaba al micrófono, etc,.

Las consignas previstas arreciaron y el caso llegó al escenario. Un vaso lanzado por un espontáneo impactó en el brazo de Javier, el Pecos rubio, y lógicamente y de mutuo acuerdo, los dos hermanos decidieron suspender la actuación. El comité, al ver logrado su objetivo, decidió disolverse. En las puertas del camerino se concentraron rápidamente las fans, que también querían organizar otro comité para pedirles a Los Pecos perdón por lo que había pasado y para que volviesen de nuevo a Pamplona.

Javier respondía a preguntas de El Pensamiento Navarro. "En la actuación, un buen susto. Sales a cantar y te encuentras con dificultades. Venimos a cantar, no a jugarnos la vida. El hecho de que haya sido en Pamplona es totalmente fortuito, podía habernos pasado en cualquier otro sitio". Después de la entrevista Los Pecos abandonaron el Club Larraina sin que se produjeran más incidentes.

Al día siguiente a la redacción del periódico llegaba un comunicado reivindicando los actos. "Así como ayer se les hizo boicot a los mari... de Pecos, el grupo JN Cubos reivindica la tirada al agua que se realizará esta noche en Larraina a Iván. Dios mediante. ¡Viva San Fermin!".

Eran otros tiempos. En la jornada previa los organizadores ya temían incidentes en el concierto de Pecos. "Sólo esperamos que las apreturas no lleguen al extremo que llegaron en Barcelona, donde una de sus fans murió aplastada".

Los Pecos y los incidentes de 1980 en Pamplona en el recuerdo

Javi y Pedro, Los Pecos, arrasaban en las radios musicales y en programas de éxito en TV como Aplauso, acumulando fans sobre todo entre el género femenino. Regresarán a Pamplona 45 años después de una sonada y accidentada visita.

Eran plenos Sanfermines, un 8 de julio, y desde su llegada al Hotel Tres Reyes, junto a La Taconera, una legión de jóvenes fans les arropaba mientras centenares de mozos les abucheaban e incluso irrumpieron en el establecimiento en busca de los artistas no se sabe con qué intención. Ya en el club Larraina, lugar de su actuación entrada la madrugada, las cosas se complicaron sobremanera. Silbidos, insultos y lanzamiento de objetos, incluso algún vaso de cristal, en medio de la indignación de sus seguidoras. Los Pecos, vestidos de blanco y rojo, y a la vista de los acontecimientos, no tuvieron más remedio que suspender su actuación al caerle un vaso a Javier, cuando apenas llevaban 20 minutos cantando.

De vuelta en el Hotel Tres Reyes, volvieron a recibir el calor de sus fans, al tiempo que grupos de mozos continuaban increpándoles entre gritos de Pecos kanpora, Pecos, dimite, Pamplona no te admite, Los Pecos no tienen cola y gritos similares.