La 19ª edición de Punto de Vista ha quedado inaugurado con la proyección de Tent City, película esencial del exilio cubano. La sesión ha estado presidida por el director general de Cultura del Gobierno de Navarra, Ignacio Apezteguía; el director artístico del festival, Manuel Asín; el director de la Filmoteca de Catalunya, Pablo La Parra Pérez, que ha restaurado la película, y, por supuesto, Miñuca Villaverde, autora de este documental, que ha viajado a Pamplona acompañada de su marido, Fernando. José Luis Aparicio Ferrera programó la sesión y dirigió el coloquio posterior.
Con esta proyección, Manuel Asín da continuidad a la línea de recuperación de películas dirigidas por mujeres que han sido invisibilizadas.
‘Los Marielitos’
Tent City retrata la ruta de los Marielitos, la heterogénea comunidad de más de 120.000 cubanos que abandonaron la isla entre abril y octubre de 1980. El vértice improbable para el cruce de ambas sendas fue la ciudad de las carpas, un campamento de migrantes improvisado bajo los pilares de la I-95, en Miami, donde termina la Pequeña Habana.
El documental se aventura en ese microcosmos y registra el día a día de varios refugiados. Miñuca Villaverde –responsable también de la fotografía y el montaje– se reencontraba con el país del que se había exiliado 15 años atrás junto a su esposo, el también cineasta y escritor Fernando Villaverde. Como ha dicho la autora, en las carpas “vivían hombres y mujeres, homosexuales y heterosexuales, separados solo por telas que colgaban de cordeles entre las camas, como paredes flotantes”. ¿De qué infierno se escapaban para estar tan a gusto en esas carpas militares? ¿Cómo podían, hacinados y entre cercas, sentirse en libertad?, pregunta la directora, que optó por disolver la masa –esa que el régimen cubano llamo “escoria”– para filmar a cada persona de frente, mirando a cámara, sin otro instrumental que sus manías de curiosa, su deseo de entender y su voluntad de hacer amigos.
Ante la ausencia de sonido sincrónico, propone la voz en off. La foto fija. Los límites se transforman en estilo.
La Miñuca que narra en inglés con acento "es precisa, incluso distanciada". La que filma "roza a los sujetos, genera una intimidad en el interior de las carpas. Hay empatía sin victimismo, etnografía con sentimiento. Su cámara gravita especialmente hacia los cuerpos queer", dice Aparicio. "Quizás ellos, por ser los más discriminados dentro de los desamparados, tocaron más que otros mi sensibilidad, y a ellos dediqué gran parte del film. ¿O habrán sido ellos los que se apoderaron de la película?", relata la directora.
Junto a sus personajes, "la película espera; esculpe el tiempo de esta suerte de purgatorio entre un pasado del que no se quiere hablar y un futuro atravesado, a partes iguales, por la esperanza y la incertidumbre", continúa el comisario.
"Conmovedora y reflexiva" al mismo tiempo, Tent City, "uno de los filmes esenciales de la diáspora cubana", salva para nuestros tiempos "un paisaje humano fugaz y precario que estaba condenado a desaparecer o, como se ve en Scarface (Brian de Palma, 1983), a ser vampirizado por Hollywood". Las imágenes "inquietas y sensibles" de Miñuca, filmadas "a quemarropa" con su Bolex de 16 mm, "nos devuelven a estos seres humanos descartados por la Historia en su búsqueda incesante de agencia y libertad", concluye José Luis Aparicio Ferrera.