Toda montaña nace de una colisión, de un choque violento, de un encuentro catártico entre fuerzas. Y la literalidad de este hecho científico bien se puede mudar a la vida de las personas y a las crisis que atraviesan en distintos momentos. Es lo que ha hecho la actriz navarra Mikele Urroz Zabalza, protagonista, coautora y codirectora del monólogo La montaña, cuyo estreno tendrá lugar este jueves, 6 de marzo, a las 20.00 horas en el Teatro Gayarre de Pamplona. Tras la función, el equipo mantendrá un encuentro con el público.
Lucía Ezker Rekalde ejerce de productora y de cámara en escena de esta propuesta respaldada por el programa Innova con una beca de investigación, primero, y, de nuevo, con una ayuda para la producción y distribución del espectáculo, que tiene versión en euskera (Mendia). Y es que, en el ámbito de la innovación, este montaje presenta “una convivencia de lenguajes artísticos”, que para Fundación Caja Navarra contribuye a reforzar su compromiso con “la creación de vanguardia”. Así lo ha explicado su presidente, José Ángel Andrés, que también subrayó la gran cantidad de mujeres que han participado o colaborado en la creación de este universo. “Para nosotros, es un requisito que suma”, y más, teniendo en cuenta la “infrarrepresentación femenina” en los ámbitos de la dirección de escena y dramaturgia en el teatro español. En ninguno de los dos rebasa el 25%.
Andrés ha apuntado asimismo, que esta propuesta se articula a través de monólogos entre distintos ciclos de la vida y de la muerte, y se compara con el momento en que surge una montaña. Y es que, Mikele Urroz, que coescribió el texto junto a Iñigo Rodríguez-Claro, con el que también ha dirigido la obra, da vida a una alpinista que dejó la montaña y entra en crisis cuando se ve obligada a volver para dejar en ella las cenizas de un familiar. “¿Qué pasa cuando negamos partes de nuestra identidad?” Partes que el personaje “reencontrará en el ascenso” y que provocarán “una colisión entre sí”, “un choque de placas tectónicas”, indica la actriz.
Lenguajes escénicos
Mikele Urroz siempre ha ido al monte. Desde pequeña. Es “herencia familiar”. “La montaña te conecta con lo esencial, con lo importante”, destaca. Allí se pueden contemplar “los ciclos de la vida” y disfrutar “de la inmensidad, y, a la vez, de lo sencillo”. Trasladado al escenario, esto se traduce en el modo en que las distintas facetas de la protagonista chocando.
Eso sí, para cada persona, la montaña significa algo diferente, e influye “de dónde vengas, qué te atraviesa, qué te ha pasado en la vida”. Cuando, en 2022, Urroz tuvo claro que quería montar una obra en torno a esta idea, “me puse en contacto con Iñigo Rodríguez Claro para ver cómo llevarla al escenario”, y, a partir de ese momento, fue configurando el equipo junto a Lucía Ezker, “mi compañera de cordada, sin la que nada de esto sería posible”. El proyecto dio un paso importante en 2023, durante la residencia que realizó en el marco del Festival de Olite, cuando montaron la primera pieza en sala, y “profundizó aun más cuando recibimos las ayudas”. Así, el 12 de octubre de 2024 se preestrenó en Tafalla en castellano, y el 14 de noviembre, en Azpeitia (Gipuzkoa) en euskera.
A lo largo de todo el proceso de creación, han ido valorando e incorporando distintos elementos como las maquetas que les han construido Orekari Estudio Koop de Pamplona y Zientzia Bizi Kolektiboa. Además, han contado con la asesoría en alpinismo de la navarra Uxue Loizu, que les facilitó los encuentros con otras montañeras desde el inicio. “Y queremos seguir celebrándolos una vez que la obra se haya estrenado”, dice Urroz, a la que le encanta la expresión sokaz bat, que significa que “las compañeras de cordada nos sostienen, tanto literal como metafóricamente hablando”. La actriz subraya también los puntos en común que han hallado durante este camino entre los profesionales del teatro y las alpinistas, como la vocación, la resistencia o la sensación de “pertenencia a un ámbito que te vincula a una actividad muy concreta”.
En este caso, el vínculo de Mikele Urroz con la escena ha sido más estrecho, si cabe, ya que, por primera vez, desarrolla varios roles –autoría, dirección, interpretación–, que, aunque han resultado “retadores”, le han dado “un nuevo elemento de compromiso”.