“Tienes que creer en lo que haces, aunque te cierren las puertas”
A punto de cumplir 40 años de carrera, la banda granadina La Guardia sigue con la agenda llena de conciertos y componiendo nuevas canciones. Este sábado 26 de abril actuarán en Zentral (festival Lo que nos hizo vibrar).
Uno de mis primeros recuerdos de La Guardia tiene muchísimos años. Cuando iba a 8º de EGB, nos pidieron escribir una poesía y un amigo presentó la letra de Mil calles hacia ti como si fuera suya. Eso sí que es formar parte de la cultura popular, ¿no?
(Risas). Claro, me parece genial. Casi siempre, la gente que se nos acerca nos cuenta que tiene recuerdos preciosos relacionados con nuestras canciones. Lo mejor de todo es que, cuando las estábamos haciendo, no podíamos ni imaginar que iban a calar tanto en el público ni a aguantar tantos años. Los tiempos cambian, pero los sentimientos son los mismos, universales. Es muy bonito ver que las canciones han envejecido tan bien.
Cuando ustedes empezaron, en los ochenta, había dos tipos de grupos: uno más histriónicos como Derribos Arias o Siniestro Total, y otros con un tono más serio y melancólico como La Guardia, Duncan Dhu o Héroes del Silencio.
Qué bueno, me has recordado a Derribos Arias, que me encantaban. Yo no soy nada nostálgico, es una palabra que me da grima, pero es verdad que echo de menos la diversidad musical que había, que la gente pudiera elegir si le apetece escuchar algo más liviano, una locura como Derribos o Esplendor Geométrico, o grupos de otro tipo como Mamá, Trastos… Fue un momento histórico en ese sentido, ahora creo que falta esa variedad.
En su caso, ¿siempre tuvieron clara esa tendencia más poética? Porque el nombre inicial del grupo, La Guardia del Cardenal Richelieau, hace pensar en una música más gamberra.
Sí, al principio éramos más gamberros. De hecho, el primer grupo que montamos los tres que luego formamos La Guardia se llamaba Los Beatos, y hacíamos una especie de punk con guitarras saturadas. Escribíamos letras de todo tipo, teníamos textos muy divertidos, como novelitas pequeñas. Luego fuimos cambiando, buscando nuestro sitio. Un día cayó en nuestras manos un disco de Ricky Skaggs, que es uno de los grandes de la música country, y nos cambió la visión. De hecho, hicimos una versión de su Highway 40 blues. Empezamos a escuchar a Hank Williams, bluegrass, country, grupos de la costa oeste… Decidimos que seguiríamos ese camino.
Siendo de Granada, ¿nunca sintieron inclinación hacia el flamenco?
Sí, yo empecé con flamenco. La primera guitarra que tuve, con 9 años, era una española y tocaba soleares, tangos, peteneras… Lo que pasa es que eso son palabras mayores y requiere estar todo el día con la guitarra. Cuando empecé a escuchar los discos de los Stones, de Tequila o de Burning, me despisté muchísimo. Me llamaba mucho la atención ese rollo más rockero. Me gustaban Los Secretos, Mamá, la música clásica, el flamenco… Es cierto que el flamenco no se ha reflejado nunca en nuestra música, pero quizás sí que se puede intuir en los textos. Salvando todas las distancias y con todo el respeto, pueden recordar a las poesías que hacía Manuel Machado para el cante jondo.
“La idea es sacar las nuevas canciones en vinilo, además de en CD; lo importante es que no se pierda el formato físico”
¿Y cómo asimila un grupo de amigos, como era La Guardia, el éxito tan brutal que les llegó a finales de los ochenta?
Fue todo tan rápido que no nos dimos cuenta. Entonces solo había dos cadenas de televisión, con lo que, si salías, te veía toda España. Ahora hay muchas más, si quieres hacer un poco de ruido tienes que ir a cien sitios. Al principio nos daba un poco de palo no poder ir a un centro comercial, porque nos reconocían y nos empezaban a pedir autógrafos. Era muy nuevo y nos costó hacernos a la idea. Entonces no había redes sociales, pero todo iba muy rápido. Éramos muy jóvenes, no éramos del todo conscientes de lo que nos estaba pasando. Nos limitamos a vivirlo y a disfrutarlo.
Paul McCartney dice que nunca olvidará la primera vez que escuchó una canción de los Beatles por la radio. ¿Cuál es ese primer momento inolvidable para usted?
Tengo varios. La primera vez que sonó una maqueta nuestra, que la habíamos grabado con un radiocasete mientras tocábamos en un ensayo; fue en un programa de Granada que se llamaba Pólvora. Nunca se nos olvidará. La primera vez que sonamos a nivel nacional fue en Radio 3, en un programa de Jesús Ordovás, que nos eligieron como grupo revelación. Fue alucinante, yo era muy fan de programas como Diario Pop, Esto no es Hawai… Sonar en ellos fue alucinante. Recuerdo que estaban mis padres durmiendo y los desperté para avisarles de que estaban poniendo una canción nuestra.
Eran muy jóvenes. ¿Hubo momentos de sentirse estrellas y perder la cabeza?
No. Bueno, de perder la cabeza sí, pero no por creernos estrellas, sino por vernos inmersos en una gira de ciento veinte conciertos en un año. Ahora es distinto, tienes el móvil y estás en contacto con la familia, pero entonces fue como hacer la mili. Era divertido, pero tenía su parte dura porque perdías el contacto. Tenías que ponerte de acuerdo para llamar un día a una hora determinada y que estuviesen todos. Las carreteras eran diferentes, se tardaba más en llegar a los sitios… Después de aquella gira, terminamos todos en el hospital porque estábamos tocados del estómago. Habíamos comido mal, habíamos pasado muchas horas en la furgoneta, que no tenía aire acondicionado… Eran otros tiempos. El año pasado llegamos a superar esa cifra de conciertos, pero ahora es muy diferente. Es una gozada viajar con la banda.
¿Y cómo se sobrevive a ese éxito? Porque mire que en estos casi cuarenta años han cambiado las modas y ha habido grupos que se han quedado en el camino, pero ahí sigue La Guardia.
Sobre todo, tienes que creer en lo que haces, aunque te cierren las puertas. Muchas veces el éxito no tiene que depender de que una discográfica te elija o no. Hay canciones que están muy bien pero que igual no llegan al público. Nosotros, cuando vimos que la gente tiraba para otro lado, paramos le grupo y yo monté otra banda, Chamaco, con la que saqué varios discos de los que me siento muy orgulloso. A nivel comercial fue una cosa normalita, pero la crítica los puso muy bien y me ayudaron a crecer como músico. Me lo pasé muy bien, y ese es el éxito. Aprendí muchísimo, fue a primeros de los 2000. Me tocó volver a la independencia, meter los discos en las carpetas, distribuirlos…
“La carretera es muy divertida. Los compañeros ayudan mucho, cuando nos juntamos es como ir a trabajar, pero con buen rollo”
Decía antes que el año pasado superaron esa cifra de conciertos, que es una barbaridad. Ustedes que dedicaron varias canciones a la carretera, ¿qué tal se siguen llevando con ella?
Lo que te decía antes: es muy divertido. Los compañeros ayudan mucho, nos dedicamos todos exclusivamente a la música, vivimos de esto. Cuando nos juntamos es como ir a trabajar, pero con buen rollo. Tendrías que vernos, somos como niños pequeños: Jjgamos a la Play en la furgoneta, hablamos de música, compramos vinilos, que nos encantan… Es cierto que, si se te juntan tres conciertos muy alejados entre sí, puede hacerse más durillo, pero en general lo llevamos muy bien. Cuando estamos en casa, echamos de menos la carretera.
Y no se detienen: creo que tienen un par de proyectos preparados para celebrar el 40º aniversario de la banda, ¿no?
Eso es. El año pasado hicimos una grabación en la sala del Wizink Center. Invitamos a Litus, a David Summers, a Carlos Segarra, a Javier Andreu… Es gente que no tiene nada que ver entre sí, salvo que son amigos nuestros. Quedó un directo muy bonito, estamos todavía mezclándolo. Llevamos teclista, banjo, pedal steel… Quisimos darle el toque especial para este 40º aniversario. Y también estamos trabajando en temas nuevos. Queremos ir sacándolos poco a poco, ahora la industria funciona así.
¿Pero con idea de que formen parte de un futuro disco?
Sí, la idea es, cuando tengamos un determinado número de canciones, sacarlas en vinilo. Somos muy fans de ese formato, aunque también haremos CD. Lo importante es que no se pierda el formato físico. Nos encanta leer los créditos de los discos, las letras… Algo que puedas ver y tocar.
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