Distintas técnicas e influencias, intereses, motivos y temas diferentes, pero un robusto nexo en común que se desdobla en dos conceptos: la pintura figurativa y la intención narrativa. Es lo que se desprende de un vistazo a la exposición 4x4, que hasta el 8 de febrero mostrará en el Pabellón de Mixtos de la Ciudadela de Pamplona la obra de cuatro veteranos artistas navarros: Pedro Osés Navaz, Joaquín Resano, Javier Mina y Ernesto Murillo Simónides.
Los cuatro creadores comparten una trayectoria pictórica paralela, además de ser amigos, y han colaborado en proyectos en común, principalmente en el ámbito del cómic, pero, hasta ahora, no habían compartido espacio expositivo los cuatro juntos. Y, como señala Iñigo Gómez Eguíluz, director del área de Cultura, Fiestas y Deporte del Consistorio pamplonés, si bien se percibe en sus trabajos distintas maneras de afrontar el lienzo, la muestra “supone, de alguna manera, el retrato de una época, ya que acoge el legado que han ido construyendo los autores en largos años de actividad plástica”. Y es que, hay que recordar que Pedro Osés y Joaquín Resano se iniciaron en el camino creativo en los años 60 del pasado siglo. Los cuatro constituyen, a juicio de Gómez Eguíluz, puntales del panorama artístico navarro”. Y comparten “su apuesta por una estética figurativa en sus formas y de impacto en su fondo”.
La muestra acoge obras de los cuatro, “una combinación del humorismo surrealista de Simónides, los collages minuciosos y los retratos de artistas de aire neoexpresionista de Mina, los ecos simbolistas y esotéricos de los óleos de Resano, y los chispazos hiperrealistas bajo la aparente sencillez de Osés”.
Las obras “invitan a mirar más allá de la superficie, ya que, bajo los paisajes, los retratos o los personajes oníricos, se narra una historia, una visión particular del mundo actual, precisa e independiente, que no neutral, y refleja el amplio itinerario recorrido por los pintores”, indica el director de Cultura. En ese sentido, la influencia de mundo del cómic, los tebeos, el cine y el pop “es patente en las estrategias y enfoques plásticos de las creaciones, que albergan miradas incisivas y contemporáneas”.
La ‘résistance’
En un texto que acompaña la muestra, Basurde Resano contextualiza el momento en que este cuarteto empezó a dibujar y pintar. “Un ambiente adverso para la proliferación del libre pensamiento y la renovación intelectual”, en el que quienes se adentraban en el mundo creativo “tenían una confianza inquebrantable en la capacidad transformadora del arte y cruzaban sus caminos de manera reiterada en los diferentes eventos culturales que conseguían asomar la cabeza entre el gris marengo de la vieja Iruña”, indica.
En ese grupo de se encontraban estos cuatro amigos, acostumbrados a trabajar “calladamente”, mientras “se les ignoraba vehementemente, en el mejor de los casos”, o, “en el peor, se les arrojaba directamente a la mazmorra de la lista negra”, abunda el también artista y docente. Para algunos, eran incómodos, pero ellos se prodigaban en exposiciones, fanzines, charlas y programas de radio, “resistiendo en la trinchera del arte el fuego graneado de la incomprensión y el desdén general”.
A lo largo de los años, las biografías y los trabajos de estos cuatro “miembros de la résistance artística” se han ido trenzando “en una red tan intrincada que resulta difícil de desenmarañar. Libros, ilustraciones, cómics, guiones, exposiciones… Proyectos que unían a uno con otro, luego a este con el tercero o con el cuarto y vuelta a empezar. En ocasiones, los cuatro han sido copartícipes del mismo proyecto. Como en este caso. Una exposición que es el último encuentro de estos cuatro amigos y el primer encuentro de las obras de los cuatro”, destaca Basurde Resano.
En jaque
Por su parte, en el texto que aporta el artista y comidario Javier Balda, coincide en la idea de resistencia, ya que esta “les define”. También la perseverancia es signo de “una época que no cesa, una época sin nostalgia, que más allá de ser una rémora, les propicia una oportunidad de mostrar sus actuales confluencias y diferencias desde los retos y carencias en que se iniciaron como artistas”.
Con una mirada modelada “con las herramientas del pop al que se asomaron en sus inicios y por los tebeos, los cómics o las historietas”, en estos tiempos de arte especulativo y conceptual, la exposición conjunta de estos creadores amigos “se presenta como una actitud sincera y desprovista de cualquier apariencia que no tengan las obras por sí mismas”, apunta Balda. Y concluye: “Sus obras abarcan la crítica, el ensimismamiento, lo cotidiano, la res pública, la naturaleza y notas biográficas propias y ajenas. En ellos hay una idea permanente de libertad, de paisaje y paisanaje como la mejor inspiración para seguir siendo artistas. Todos miran con una franca actitud disidente, irónica, pero llena de valor humano”.