Pamplona. El Amaya Sport San Antonio tiene hoy, a las 20.45 horas, la ocasión de meterse en el túnel del tiempo y volver a esa época en la que pisaba fuerte en las competiciones y en las canchas europeas. Cinco años después de su última final continental -la de 2005-2006 ante el Ciudad Real-, el equipo antoniano se asoma a otra, la de esa Recopa que ganó en dos ocasiones (2000 y 2004).
No tiene ni el presupuesto ni la plantilla que tenía entonces, pero no le va a faltar entusiasmo en su visita al Tremblay en France, que afronta consciente de que no podrá especular con la renta de cuatro goles conseguida en el duelo de la ida (27-23) si quiere lograr el pase a la final.
El conjunto navarro, que llegó a tener una ventaja de 7 goles en el partido de ida, partió a primera hora de ayer rumbo a la localidad de Tremblay, situada a 30 kilómetros de París, y Juanto Apezetxea ha tenido a toda su plantilla disponible para este trascendental duelo, por lo que se ha visto obligado a hacer un descarte y dejar en Pamplona al extremo Adrián Crowley.
Apezetxea explicaba ayer que el equipo viaja "con mucha ilusión y centrado en la semifinal. Prueba de ello son los malos resultados que hemos cosechado en la Liga últimamente. Ningún equipo, salvo los cuatro primeros, nos ha ganado por más de cuatro goles y eso nos tiene que dar un plus de confianza", comentó.
Pese a vencer el pasado fin de semana al conjunto francés, que encajó su primera derrota en la Recopa a manos de los navarros, el técnico antoniano no se confía y espera a un rival "que puede jugar bastante más. En defensa están muy fuertes y en ataque son muy físicos", ha advertido. "Físicamente son más potentes que nosotros y eso lo tenemos que contrarrestar jugando muy densos en la zona central, no regalando balones y sabiendo leer el arbitraje para ver lo que permiten. Tenemos que salir a ganar sin especular para ponerles nerviosos, saber jugar en inferioridad y no mirar el marcador hasta el final", añadía.
El entrenador navarro asume que van a encontrar un pabellón a rebosar y teme, además del ambiente, la dureza que pueda emplear el Tremblay: "El balonmano francés es más de contacto, más duro, y nosotros no estamos tan acostumbrados", admitió.
"Tendremos que saber adaptarnos a esa dureza y subir un peldaño nuestra agresividad defensiva", apuntó Apezetxea antes de añadir la clave para superar la presión: "Será importante no tener bajones de cabeza por decisiones arbitrales en contra o si vamos por debajo en el marcador".
"Vamos a tener que sufrir porque será un partido de carácter, y ojalá nos hagamos hombres de repente y logremos el premio de estar en la final", sentenció.
Salvo contratiempos de última hora, la convocatoria estará formada por Ristanovic, Lucau, Niko, Meoki, Vargas, Víctor, Rasic, Sevaljevic, Humet, Borragán, Urdiales, Alberto, Gedeón y Eloy.