PAMPLONA. Un equipo de nueve espeleólogos, entre los que se encontraban tres miembros del grupo Otxola de Pamplona, llevó a cabo el mes pasado una exploración en el manantial de Aitzarreta, en Iribas, donde consiguieron llegar a una profundidad de 100 metros. A expensas de que se publiquen los trabajos realizados este verano, la exploración en Aitzarreta estará entre las más punteras del Estado, ya que se han descubierto nuevas vías de interés que serán analizadas el próximo año.
Los trabajos se desarrollaron entre el 7 y el 9 de septiembre y tenían como objetivo prioritario continuar la labor que en años anteriores habían realizado en este mismo lugar Martín Burgui y Carmelo Ojuel, dos espeleo-buceadores del zizurtarra grupo Tritón. Con todo el material ahora recopilado, junto a los apuntes tomados en su día por el grupo Tritón, será posible confeccionar una topografía completa de todo lo explorado hasta ahora.
A principios de agosto se acercaron hasta el valle de Larraun para conocer la cavidad e iniciaron la tarea de cambiar el hilo guía en la zona profunda, a partir de -40 metros, ya que el anterior tenía varios años. En septiembre se completó ese trabajo hasta la punta de exploración, que estaba fijado en 440 metros de desarrollo y -65 metros de profundidad.
Aún tuvieron tiempo los espeleo-buceadores, capitaneados por el pamplonés Eliseo Belzunce, de seguir con la exploración y avanzaron 110 metros de la galería principal, llegando hasta los 550 metros de desarrollo y -100 metros de profundidad. No fue posible continuar por el riesgo que se genera en los meses de lluvias y por la falta de equipos. La sección tubular que tiene la galería (entre 100 y 240 metros) da paso a un corredor más amplio y con grandes bóvedas entre 240 y 450 metros). En ese punto (-65 metros) gira unos grados hacia el sur y una rampa inclinada de unos 45º lleva a -80 metros. Allí, un gran bloque cierra el paso lógico, pero bordeando este obstáculo por la izquierda se llega a una nueva rampa más vertical aún donde se dejó fijado el hilo a 550 m/-100 m; al llegar al límite de la planificación de inmersión prevista. Todo este cordón guía instalado se marcó con flechas cada 50 metros, indicando estas la distancia a la salida.
Se realizaron seis inmersiones con agua a siete grados y una visibilidad de diez metros. Se colocaron botellas de descompresión para circuito cerrado y abierto, cabo teleférico para comunicar los -6 metros con superficie y 4 kilos de plomo a - 6 metros y retirada de hilo viejo (de 190 a 230 metros). Malen Loli, Ferrán Marqués y Jordi Yherla, del club GEB-Espeleocorp de Barcelona; Yoli y Guaica Armisen y Mikel Zabaleta, del club Kresala guipuzcoano; y Maite Aguerri, David Ruiz y Eliseo Belzunce, del Club Otxola de Pamplona, formaron el equipo.