etxarren - Con un portentoso brazo y una pegada que maravilla, José Javier Zabaleta se ha hecho un hueco importante en el panorama de la pelota profesional. En los frontones, el zaguero de Aspe despliega una gran fuerza a la hora de pegar al cuero, pero fuera de la cancha prefiere la tranquilidad que le aporta vivir en Etxarren (Valle de Arakil) y que tanto se asemeja a su carácter tímido y alejado de las estridencias.
¿Qué le enseñaría a alguien que venga a visitar Etxarren?
-La verdad es que no es un pueblo que tenga muchas cosas para ver, pero a mí me gusta sobre todo la tranquilidad que hay, la relación entre todos los vecinos... Si tuviera que enseñar algo pues probablemente sería el frontón, donde suelo estar mucho, y también las vistas que tiene con San Donato, San Miguel de Aralar, Txurregi o la Trinidad. Etxarren tiene a su alrededor montes de mil metros, cercanos para subir, y que son muy bonitos.
¿Es de los que se siente especialmente orgulloso de ser de pueblo?
-Sí. Siempre me ha gustado vivir más en pueblo que en ciudad. Me encanta la tranquilidad que hay y con todos los vecinos te llevas bien. En la ciudad siempre hay más ruido.
¿Sería capaz de vivir en una ciudad?
-Sí, aunque depende en cuál. Barcelona, Madrid o Bilbao no sé si me gustarían tanto, pero Pamplona o San Sebastián están bien. Me parecen más tranquilas.
¿Cómo pasa el tiempo en un pueblo como Etxarren?
-Los pelotaris siempre tenemos la mitad del día ocupado, con entrenamiento por la mañana o por la tarde. Así que la otra mitad intentas ocuparla de otra manera. Estando con los amigos, por ejemplo, o en la huerta, con la que empecé el año pasado.
¿Y qué tal hortelano es?
-Bueno... Entre alguno del pueblo y alguno del pueblo de al lado ya me van enseñando. Voy aprendiendo poco a poco.
Ahora no tendrá tanto trabajo en la huerta como en el verano.
-No... Lo último que puse fueron unas cebollas con Alberto, un amigo. Desde entonces, casi ni riego, porque ha llovido bastante.
¿Le gusta comer verdura?
-Sí. Como verdura todos los días. No así la fruta, que ni la pruebo. Desde que iba al comedor del colegio no he podido con ella. Pero la verdura no perdono.
Una de sus aficiones creo que es el ciclismo, ¿verdad?
-Sí. Para la pelota no es muy bueno, más que nada por los músculos que se desarrollan andando en bici. Pero siempre que puedo y hace buen tiempo me escapo a dar una pequeña vuelta por Madotz, Irurtzun, Lekunberri... Sobre todo por los alrededores de Etxarren.
¿Y al Valle de Goñi no suele ir?
-Antes sí que iba más. Me gustaba coger la bici, subir el puerto y quedarme por allí. Pero la verdad es que, últimamente, en bici no subo.
¿Por qué es especial este valle para usted?
-Bueno, siempre que puedo me escapo para estar con los abuelos, que viven en Goñi. Es un pueblo que me gusta, muy tranquilo, y también me encanta ir al monte con los tíos. Estoy muy a gusto comiendo en casa de los abuelos.
Creo que su abuelo Blas es, además, uno de sus mayores seguidores...
-Sí. El abuelo siempre me acompaña a todos los partidos. Desde aficionados me ha llevado a un montón de choques y de entrenamientos, y ahora que soy profesional viene también. Mientras no sea muy de noche, siempre se escapa a verme. La verdad es que yo prefiero ir siempre acompañado a los partidos.
¿Es muy familiar?
-Sí, me gusta mucho estar con la familia. Y con los amigos también.
Antes hablábamos de ciclismo. ¿Sigue teniendo como ídolo a Lance Armstrong?
-Sí, desde pequeño, al aita y a mí siempre nos ha gustado mucho Armstrong. En su momento me gustaba cómo andaba en bici y subía los puertos. Luego salió todo lo del dopaje y, la verdad, sí que da un poco de tristeza que no haya sido tan limpio.
Dentro del panorama actual. ¿Hay algún ciclista que le guste?
-Imanol Erviti, que es de aquí al lado, de Villanueva. Cuando corre me gusta verle. También a Contador.
A usted Miguel Induráin le pilló un poco pequeño, ¿no?
-Sí, no tengo recuerdos de ver a Induráin corriendo. Sí que he oído hablar mucho de él, la gente siempre dice que era muy bueno. Pero no le he visto nada.
Al margen del deporte, ¿tiene alguien a quien admire en otro ámbito como la cultura o la política?
-La verdad es que en política no estoy nada puesto, no hago ni caso. Mi hermano sí que suele ver las noticias y demás en la tele, pero yo nada. Pongo otra cosa.
¿Por qué no le gusta?
-No, sin más, nunca me ha interesado. Tampoco he ido a votar nunca. No sé si está bien o no, pero como no me gusta ni sé de qué va cada uno...
Entre partidos y entrenamientos, ¿le queda tiempo para alguna otra afición?
-Sobre todo para estar con los amigos o ir a Lekunberri para ver a la novia.
¿Y para el cine? Tengo entendido que le gusta bastante.
-Sí, es verdad. Estoy muy a gusto en el cine. Me da igual qué película sea. Hace poco fui con Ladis (Galarza). Solemos ir bastante a menudo con dos amigos más de Lekunberri. Prefiero ir sobre todo a los Golem Baiona, porque son muy tranquilos. En los grandes centros comerciales enseguida me agobio.
¿Le gusta ser reconocido por la calle o no?
-No, la verdad es que no me gusta nada. En Pamplona no me pasa tanto, pero en Gipuzkoa y por esa zona te reconocen más y a mí por lo menos me da vergüenza. No me gusta mucho.
¿Es tímido?
-Sí, bastante.
¿Pero el tema de hacerse fotos con los críos y así le gusta?
-Ah, eso sí. Hacerme fotos con los críos y con la gente mayor sí.
¿Es niñero?
-Sí, me gustaría tener tres hijos. Siempre me han gustado mucho.
Si hay algo que creo que no le hace mucha gracia son los pájaros, ¿no?
-A mi madre nunca le han gustado y creo que esto nos lo ha contagiado a mi hermano y a mí. A veces hemos tenido la mala suerte de que se nos han metido pájaros en casa y yo no me he atrevido a sacarlos ni a abrirles la ventana para que se fueran. En la calle me da igual si pasan al lado, pero en casa no me gusta nada.
Así que tener pájaros de mascota como que no...
-No, no. Yo creo que nunca tendré un pájaro en casa.
¿Tiene algún otro animal le compañía?
-Los animales no me gustan mucho, la verdad, aunque la novia tiene dos perros y me encanta ir a pasear con ellos. Me los llevo un montón al monte.
¿No tiene que llevarlos más bien por obligación?
-No, no, no... Además, igual a las abuelas no les hace tanta gracia que les lleve, pero a mí me gusta ir con ellos al monte. Así voy más entretenido. Siempre que puedo me escapo a Lekunberri y los saco.
Antes ha mencionado a su hermano, Andrés, que juega además al baloncesto en el Megacalzado Ardoi. ¿Es una familia a la que le gusta mucho el deporte?
-Sí, a los dos hermanos nos encanta. Él de pequeño jugaba también a pelota, se defendía muy bien, pero cuando creció y empezó a tener altura comenzó con el baloncesto y le encanta. Ve además muchos partidos por la tele. La verdad es que a mi madre y a los dos hermanos nos gusta mucho el deporte.
¿Suele ir a verle jugar?
-No mucho. Antes sí que le llevaba a los entrenamientos y, cuando jugaba en Lagunak, sí que iba más a verle. Pero desde que está en el Megacalzado solo he ido un par de veces y eso que lleva dos años ya. Cuando voy me gusta verle jugar.
¿Y él le va a ver a usted? Porque tengo entendido que, en una cita tan importante para usted como fue la final de Parejas, su hermano no fue a verle.
-No, es verdad. Se fue a ver a Alejandro (Álex Mariñelarena) y a las motos. No tiene ninguna afición por la pelota ni ve los partidos por televisión, aunque coincida que está en casa y televisen los míos. Creo que al frontón ha ido solo dos o tres veces.
Tienen una relación estrecha con Mariñelarena. Imagino que estarán muy contentos por cómo se va recuperando.
-Sí, mucho. Cuando tuvo el accidente en Francia le tocó a mi hermano estar con él, en esos momentos duros de la caída, pero ahora va muy bien. Desde que vino he estado bastantes días con él, especialmente al principio. Creo que está muy bien, muy espabilado, y tarde o temprano empezará otra vez con las motos.
También al fútbol sala ha ido alguna vez para ver a otros amigos, los Saldise, del Xota.
-Sí, cuando puedo me escapo y, si juegan ellos, veo muy a gusto al equipo.
De no haber sido pelotari, ¿qué le hubiese gustado ser?
-No sé... Seguramente me hubiese dedicado a otro deporte. También me gusta mucho el tema del ganado. Cuando estoy con mis tíos estoy muy a gusto, dando de comer a las vacas y así. Además, cuando hacía prácticas de electricidad también me gustaban mucho.
¿No le hubiese importado ser ganadero?
-No. Además, igual después de la pelota toca a lo mejor alguna cosas de esas. No me importaría.