pamplona - El pasado mes de junio, Osasuna se llevó a diez jugadores de la base de Oberena gratis. Gazte y Txantrea también pescaron. El club necesitaba protegerse con un convenio. Tomás Pascualena explica que la oferta del Athletic era la mejor tanto por concepto como económicamente.

¿Por qué se hace Oberena convenido del Athletic?

-Porque hemos llegado a un acuerdo que satisface lo que nosotros entendemos que debe ser la relación de un club convenido con un club grande. Hay un proyecto metodológico a nuestra disposición, un proyecto de formación de entrenadores y para ello nos dan dinero. Oberena va a seguir funcionando igual. No vamos a fichar al mejor delantero centro para subir a Segunda B. El dinero lo vamos a invertir en formación y a mejorar las condiciones de la base.

¿Qué ventajas tiene?

-Pudiendo seguir siendo Oberena, porque desde el principio les dijimos que no queríamos ser abducidos, nos va a ayudar al crecimiento como sección en el tema deportivo. Estos dos años y medio que hemos estado sin el paraguas de un equipo de Primera División, los clubes de captación (Pamplona, Gazte, Txantrea, Osasuna) han venido a nuestros jugadores ofertándoles que detrás de ellos había un club de Primera. Nosotros hemos intentado actuar dos años como club independiente, pero nos hemos dado cuenta de que no podía ser. Hemos intentado estar bajo el cobijo de Osasuna, pero no hemos llegado a un acuerdo. Entre tanto, surgió esta posibilidad y la elegimos. Tuvimos otras conversaciones con otros clubes antes que el Athletic y decidimos seguir negociando con Osasuna. Hasta que nos llegó la oferta del Athletic y decidimos aceptarla.

Oberena se da cuenta de que no puede seguir sin el convenio de un club de Primera porque se le llevan jugadores y no dejan ninguna cantidad en el club. ¿Es Oberena en ese momento el que decide llamar a las puertas de clubes de Primera?

-Ha habido de todo. Ha habido clubes de Primera que nos han llamado y han venido a Oberena y otros que a través de algún conocido nos hemos puesto en contacto. Algunos nos dijeron que no había nada que hacer y otros que se sentaron a hablar. Así vinieron la Real Sociedad y el Villarreal. Cada uno nos explicó cómo trabajaban con los convenidos, cuál era su situación en Navarra... Necesitábamos algo o alguien que nos pudiera ayudar. Fueron tomas de contacto, no ofertas concretas porque aquello no nos interesaba. Preferíamos seguir intentándolo con Osasuna.

En el momento en el que se negocia un convenio, ¿impera el aspecto económico, el deportivo...?

-Es un compendio de muchas cosas. Lo fácil es que el de fuera diga: “Se van por dinero”. Hay un peso importante porque el dinero nos hace falta, y mucho. Tenemos que cubrir un presupuesto muy ajustado y lo vamos sacando a costa de cosas que me chirrían. Por ejemplo, que los cadetes vayan a jugar lejos en coches particulares en lugar de hacerlo en autobús, no es lo ideal. Los que estamos nerviosos porque no pase nada somos los de la junta. Por eso el componente económico es importante y nos puede ayudar. Pero si fuera sólo por dinero, no me movería. Podríamos seguir viajando en coches. Hay otros aspectos como el formativo, el metodológico y, sobre todo, la forma de entender cómo hay que trabajar con los clubes convenidos lo que nos ha llenado. Nos hemos sentido valorados. Sentimos que Osasuna nos aprecia, pero nos ha faltado sentirnos más valorados. Y no sólo en lo económico.

¿Cómo debería ser, a su juicio, la relación de un club con sus convenidos?

-Entendemos que el club grande, se llame como se llame, no tiene necesidad de tener una selección de los mejores desde edades muy tempranas. Creemos que los convenidos, con un apoyo en la formación y en la metodología del club grande, deben poder seguir trabajando con sus equipos de la base. Y cada dos o tres semanas llamadas para entrenar con ellos. Lo que Osasuna hace con las tecnificaciones, pero al final su objetivo es fichar jugadores. Nosotros queremos que esos jugadores sigan compitiendo con nosotros. Que un Oberena-San Juan tenga a seis-siete jugadores entre las dos plantillas con un nivel alto. Y eso ahora no se está dando, porque quien tiene el nivel altísimo es Osasuna. Por detrás, el Txantrea aguanta con su filosofía y los demás intentamos sobrevivir. Y aparece un emergente Gazte Berriak, con el que cada vez más nos cuesta competir, porque tienen precisamente esa filosofía. Los jugadores del Gazte son del Gazte y si alguno destaca, irá a entrenar a San Sebastián, pero juegan con el Gazte. Esto es algo que defendemos, pero que Osasuna no ve así. Tenemos niños desde 6 años. El trabajo que llevamos con ellos hasta los 10 años se rompe porque llega Osasuna y elige a unos cuantos del equipo y se los lleva. El trabajo que Oberena ha hecho durante cuatro años, para qué le sirve a Oberena. Es la reinvención constante. Intentamos frenar este aspecto en su momento poniendo unos topes al número de jugadores que se pudieran llevar, pero lo cierto es que en junio de 2016 Osasuna nos dijo que no entendían esa forma de trabajar. Es una manera muy respetable de pensar, desde el punto de vista empresarial. ¿Por qué voy a invertir en ti si puedo ir a fichar a un jugador gratis, sin pagar nada al club? Lo entiendo, lo respeto, pero hemos tenido la oportunidad de elegir una manera de concebir el tema como nos gusta.

En la última temporada, ¿cuántos jugadores se llevaron de su estructura?

-Diez se llevó Osasuna y creo que dos se fueron al Txantrea y uno al Gazte. Todo a cambio de nada. Gratis. En los dos últimos años y medio no hemos recibido nada, porque no estábamos convenidos. Hablan con los padres y se los llevan. Eso nos ha hecho pensar que no nos valoraban mucho.

Desde que en 2014 se terminó el convenio con Osasuna, ¿cuál ha sido su relación con el club?

-El primer año, la relación fue prácticamente inexistente. Como la Junta directiva de la Institución hizo la denuncia de la deuda, las relaciones se enfriaron, como creo que es lógico. Puedo entender el enfado de esta directiva de Osasuna, que se encontró con una deuda que ella no había generado (Oberena reclamó judicialmente 30.000 euros a Osasuna). En septiembre de 2015 tuve una reunión con Luis Sabalza con el fin de echar a andar. Ahí empezó una negociación larga en el tiempo, aunque no muy intensa. Enviamos un informe, que estudiaron, y en primavera de 2016, respondieron. Estuvimos en El Sadar y empezamos a limar detalles de un convenio que nos había presentado Osasuna, que se alejaba bastante de nuestras pretensiones iniciales. Llegamos a un punto en el que nos plantamos. En junio Osasuna se nos llevó a diez jugadores y la negociación se paralizó. En agosto, Alfonso Ramírez me llamó, me explicó la idea que tenía para clubes convenidos, que nos podía encajar, pero el tema se fue alargando y el 20 de diciembre, más o menos, nos llegó la oferta del Athletic. La relación con Osasuna ha sido de cordialidad. El lunes comuniqué a mis entrenadores la decisión y lo primero que hice fue llamarle a Alfonso. Ahora estamos con otra empresa, pero estamos todos por lo mismo.

Pero Osasuna hizo una última oferta...

-Una última oferta, no. Una oferta. Nos llegó el viernes pasado (día 20). La estudiamos el fin de semana a conciencia y el lunes tomamos la decisión. Yo quería tomarla ya. No vivo de esto y esto te desgasta, te quita horas de sueño, te provoca enfados con quien no debes... Quería que pasara lo que pasara, se decidiera ya.

El presupuesto es de 120.000 euros.

-Con el acuerdo que hemos firmado, nuestro presupuesto va a subir, porque vamos a tener más dinero para poder gastar y va a mejorar la calidad de cosas que son mejorables. Destinado siempre a la base. Si un entrenador de Oberena se quiere sacar el título, le vamos a poder ayudar. Es una inversión de futuro. Estamos 77 responsables en la sección de fútbol, incluidos los entrenadores, y sólo dos tienen el nivel 3 de entrenador. Y somos sólo 12 los que tenemos algún tipo de titulación básica. Sacarse el carné vale 1.200 euros por nivel. Para eso es el dinero.

Lleva desde 2010 al frente de la sección de fútbol de Oberena, pero en el último mes ha estado en la palestra. ¿Cómo lo lleva?

-Mal. Como todos los que están como yo en otros clubes, intentas hacer las cosas con la mejor intención. Ya sabes que no todos te van a apludir. Acepto la crítica, pero que sea constructiva. Cuando llegan estos momentos, te encuentras con gente que muy libremente opina, te sacude, dice que tu has dicho cosas alejadas de la realidad y llega un momento en el que eso puede afectar a mi gente cercana, a mi familia y eso es lo que peor llevo. Estoy por amor al arte, y en mi caso por amor al Oberena, y leer ciertas cosas duele. Busco lo que creo que es lo mejor para Oberena, sin romper nada, porque no había nada desde junio 2014. Y que quede claro que soy el primero que estoy encantado, que quiero que Osasuna esté en Primera, que quiero que gane el primer equipo y, de hecho, el año pasado estuve en Ponferrada viendo a Osasuna.

¿Qué es lo que hace más daño? ¿El ataque desde el anonimato de las redes sociales?

-Sí. Los periodistas sois profesionales y estáis en empresas serias. En las redes sociales, detrás de un nick, se puede decir, maldecir, difamar... Y eso puede tener más peso que la realidad. Eso es lo que más te puede doler. Me dicen que no le dé importancia, pero si te bombardean con WhatsApp, eso escuece, duele... También he recibido mensajes de apoyo de gente de Oberena y de otros clubes. Los que me conocen saben que no soy un kamikaze.

¿Es la decisión más difícil desde que está en Oberena?

-Sí, aunque no ha sido la situación más difícil, porque hemos tenido circunstancias peores y no son deportivas. Pero la decisión más difícil y de más calado institucional y social ha sido esta, porque supone cambiar el rumbo que había llevado Oberena durante muchos años, en busca de un nuevo camino de colaboración con otro club.

¿Lo ha entendido el socio de Oberena?

-Hay socios que sí, y otros que no. La sensación que tenemos, porque sólo llevamos cuatro días con esto, es que quien no lo ha entendido mete más ruido que quien lo ha entendido. Es cierto que ha habido algún socio que se ha dado de baja de la sociedad por este motivo, pero ni mucho menos es un número alto. Muchos socios me han dicho que, olvidando los ismos de osasunismo, navarrismo, forofismo..., no es más que una decisión que alguien adopta porque cree que es lo mejor. A los socios no les cuesta un euro la sección de fútbol desde que la cogimos nosotros. Habrán sopesado las consecuencias sociales de la decisión, como también la ha valorado el Athletic, que nos decía que nos podía hacer más daño a nosotros que a ellos. Al final llegamos al acuerdo de caminar los dos juntos.

Si este convenio lo firma Oberena con el Villarreal, ¿cree que la reacción hubiera sido parecida?

-Sinceramente, creo que no. Pero es una suposición. Habría habido osasunistas que desde su osasunismo no lo habrían entendido, pero habría otros que no son antiathletic, que lo habrían entendido. Con el peso negativo que en ciertos sectores, que no es generalizado, tiene el Athletic, ya contábamos. Si fuera el Villarreal o el Alavés, no habría habido ningún problema.