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35 años sin faltar a la cita

PARTICIPACIÓN | Desde 1984, en la Vuelta ha habido siempre algún ciclista navarro

35 años sin faltar a la cita

Pamplona - La presencia de Imanol Erviti (Movistar) y Óscar Rodríguez (Euskadi Murias), el sábado en Málaga, en la salida de la Vuelta 2018, eleva a 35 los años consecutivos en los que Navarra ha estado representada en la ronda española con al menos un corredor, lo cual es un auténtico éxito deportivo para una comunidad tan pequeña como ésta.

Hay que remontarse a 1983 para encontrar la edición más reciente en la que no hubo ni un ciclista navarro en la Vuelta, y a partir del año siguiente comenzó esa presencia continua.

El corredor que inició esa cuenta de 35 años fue el leitzarra Luis Vicente Otín, que ya había participado en las ediciones de 1981 (con el Reynolds de José Miguel Echávarri) y de 1982 (con el Hueso de Miguel Moreno). En 1984 lo hace con un tercer equipo, el nuevo Orbea de Txomin Perurena, y acaba en un meritorio 27º puesto, a 26:57 del ganador, el francés Eric Caritoux.

Otín no volvería a la Vuelta, pero en 1985 iba a haber otro navarro, un tal Miguel Induráin. Con apenas 20 años, el Reynolds se anima a llevar al villavés con el doble objetivo de que empiece a foguearse en las grandes vueltas y, ya que está allí, que intente ganar el prólogo de 5,6 kilómetros, una modalidad en la que ya ha demostrado sus grandes facultades innatas.

Induráin no logra vencer ese prólogo -se retiraría sin ganar ni una etapa en la Vuelta, pese a sus ocho participaciones y su segundo puesto en la general en 1991-, pero dos días después, camino de Orense, se encuentra con un regalo casi inesperado: el primer líder, el holandés Bert Oosterbosch, se descuelga del pelotón principal en uno de los puertos de la etapa, y Miguel Induráin se convierte en el líder más joven (20 años, 9 meses y 7 días) de la historia de la Vuelta, un récord que todavía mantiene.

El villavés y el oteizano Javier Luquin (que en 1988 fue el único ciclista que acabó las tres grandes) se encargaron hasta 1991 de garantizar la presencia navarra en la Vuelta, y luego, casi como les dieran el relevo, entraron en acción Roberto Lezáun y David García Marquina. El de Zurucuain y el de Tafalla se forjaron en el Banesto de Echávarri y emigraron después, con la curiosidad de acabar ambos en el nuevo Euskadi.

Poco después del debut de ambos en la Vuelta, entra en escena otro tafallés, Chente García Acosta, que va a batir todos los récords de participaciones navarras -¡15 ediciones consecutivas, de 1997 a 2011! (con un solo abandono, en 2011, por una caída)- y que, no contento con trabajar para sus sucesivos jefes de fila, va a conseguir dos triunfos de etapa, ambos en largas fugas, en 1997 y en 2002.

años de navarrización En 2003 comienza lo que bien podría llamarse la era de navarrización de la Vuelta. Por primera vez en la historia, se alcanza la cifra de cinco navarro en la carrera -el récord estaba en tres, en cinco ediciones: 1955, 1956, 1958 (las tres con los ciclistas de Igúzquiza Jesús Galdeano y Hortensio y Miguel Vidaurreta); 1980 (López Izcue, Acha y Martín Ocaña) y 1981 (López Izcue, Acha y Otín)-.

Y esa plusmarca de cinco -Chente García, José Luis Arrieta, David Latasa, Iker Flores y Patxi Vila- no es más que el principio de sucesivos récords.

El motivo es que, por primera vez desde que el Reynolds nace en 1980, la estructura de José Miguel Echávarri y Eusebio Unzué va a ir dejando de ser la que más navarros acumula en su plantilla, porque el Euskaltel Euskadi se nutre masivamente de corredores de esta comunidad, con predilección por los ciclistas de la Sakana -Igor e Iker Flores, Egoi Martínez, Gorka Verdugo, Pablo Urtasun, Jorge Azanza...-, pero sin hacerle ascos a buenos ciclistas de otras latitudes, caso de Juanjo Oroz o Mikel Nieve.

Y, así, durante tres años consecutivos (2007 a 2009) hay seis navarros participando en la Vuelta; los dos siguientes se alcanza la cifra de ocho; y en 2013 se establece un récord impensable: ¡Nueve participantes!

Aunque la general individual está vetada para todos ellos, van a animar la carrera, a ganar seis etapas en apenas nueve ediciones -de 2002 a 2010- (cifra que se pone en valor al recordar que las victorias de etapa de españoles suelen ser muy pocas en cada edición) y, en el caso del corredor de Etxarri-Aranatz Egoi Martínez, a ganar el Premio de la Montaña en 2006 -es el único navarro que lo ha conseguido- y a lucir en 2008 el maillot de líder.

Pasada esa efervescencia y desaparecido el Euskaltel, Imanol Erviti y Mikel Nieve han ido cubriendo los últimos años -con la ayuda del ya retirado Javier Aramendía (ganador de la Combatividad en 2013)-, pero, por ser ambos de 34 años, hay que dar la bienvenida a jóvenes como Óscar Rodríguez (23 años) para que Navarra sigue sin perderse ninguna Vuelta.