Bilbao. Los gritos racistas que sufrió Iñaki Williams el pasado 25 de enero en la visita al Espanyol han empujado al vestuario del Athletic a tomar una decisión en común, la cual se ha encargado de dar a conocer el propio delantero en la entrevista que vio la luz anoche en el programa Universo Valdano, en Vamos. Cuestionado acerca de tan desagradable pasaje, el 9 rojiblanco asegura que en la caseta "somos conscientes de que, si me pasase otra vez, nos iríamos del campo y si nos dan el partido por perdido, nos daría exactamente igual, porque sería un puñetazo contra el racismo".

El navarro Iker Muniain, capitán del Athletic y amigo inseparable del bilbaino, fue cuestionado ayer en Lezama por dichas declaraciones y acerca de la determinación de abandonar el terreno de juego en caso de sufrir un nuevo episodio con la lacra del racismo de por medio, circunstancia sumamente desagradable en la que prefirió no ahondar el de la Txantrea: "Lógicamente, los insultos racistas que hubo, como ya manifestamos, no son del agrado de nadie, son de una minoría y también nos quedamos con el recibimiento y el buen hacer que tuvo la afición del Tenerife en el partido de Copa, donde Iñaki salió aplaudido y le hicieron un pequeño homenaje". "No hay mucho más que decir", agregó el propio Muniain, quien ante la insistencia de un periodista por saber en boca del capitán rojiblanco si el Athletic se retirará o no del campo si vuelve a producirse un episodio como el que tuvo lugar en el RCDE Stadium, se limitó a declarar que "es un tema que ya hemos hablado en el vestuario y esperemos que nunca más tengan que suceder este tipo de insultos".

Muniain, de este modo, no confirmó, pero tampoco desmintió, las palabras de Williams respecto al proceder del colectivo en caso de verse envueltos de nuevo en un hipotético escenario en el que los leones, a tenor de lo manifestado por el delantero, tomarían directamente el camino hacia los vestuarios. Cabe recordar, por desgracia, que la citada visita al Espanyol no figura como la única vez que Williams ha tenido que soportar gritos racistas desde las gradas de un estadio, pues ya le ocurrió en El Molinón en agosto de 2016, cuando el ariete tuvo que escucharlos por parte de un sector de la afición del Sporting.