En un párrafo

nfantino ha dicho en una conferencia de prensa que los obreros que han construido los campos de fútbol para el Mundial de Qatar en régimen de semiesclavitud (por 220 dólares mensuales) “deben estar orgullosos” porque no han recibido caridad sino un trabajo digno, “aunque haya sido en condiciones duras”. Suponemos que no se refiere a los más de 6.500 que han fallecido sino a los que han sobrevivido. Y cuando los periodistas le han apretado con todas esas muertes, el presidente de la FIFA ha concluido: “La FIFA no es responsable de todo lo que sucede en el mundo”. No, claro que no. Por ejemplo, en este caso, solo es responsable de haber vendido un Mundial, por muchos petrodólares, a un emirato absolutista... Quizás no sería mala idea que Infantino se dejara de defensas cínicas o hipócritas de algo indefendible y dijera simplemente: “Sí, por dinero. Claro que lo hemos hecho por dinero”. Al menos, sonaría sincero.