Pamplona - Los 217 kilómetros de la décima etapa del Tour fueron el campo de batalla de unas hostilidades, que en principio, no se esperaban para la jornada de ayer. A la postre, puede que se trate de uno de los días más decisivos de esta edición.

Seis ciclistas compusieron la escapada del día, que se fraguó de salida y obtuvo su protagonismo correspondiente durante la primera parte de la etapa. Atrás, calma y pelotón ancho antes de la batalla que se vivió por mor del viento lateral.

Faltaban 40 kilómetros para la llegada en Albi cuando Education First mostró, quizá en demasía, sus cartas. No logró el equipo de rosa partir el pelotón y fue Deceuninck-Quick Step con el líder Alappiliphe y su esprinter Viviani -entre otros- quien consiguió romper el grupo. Por delante, Bernal, Quintana, Thomas, Landa o Mas. Atrás; Pinot, Urán -que evidenció el error en la estrategia de su equipo- y Fugslang.

Las diferencias entre ambos grupos se mantuvieron durante unos kilómetros y tras un gran trabajo de Astana, el segundo pelotón quedó a apenas 13 segundos del grupo de cabeza, que ya había absorbido a la temprana escapada del día. Sin embargo, el grupo de Fugslang y Pinot quedó mermado y con apenas diez hombres no logró contactar con cabeza de carrera. A partir de ahí, las diferencias se fueron ampliando y en meta, el segundo tropel llegó a 1:39 del vencedor.

Peor, incluso, le fueron las cosas a Mikel Landa, que sufrió una caída en los últimos 20 kilómetros de la etapa para dejarse dos minutos y nueve segundos en línea de meta. El alavés se vio implicado en un enganchón cuando rodaba en cabeza de carrera tras haber salvado los cortes originados por Decenuninck en un día complicado. Erviti, Oliveira y Soler esperaron al de Murgia, intentando reducir la pérdida en la medida de lo posible. Lo malo, la pérdida de tiempo del líder del Movistar y, lo bueno, la excelente versión mostrada por los de Unzué. Sin caída, los dos líderes hubiesen entrado en el tiempo del vencedor.

La etapa se la adjudicó Wout Van Aert, que sigue sorprendiendo tras su paso al ciclismo de carretera. En un pelotón de unas cuarenta unidades, Sunweb dominó la llegada e interpretó a la perfección el treno sin oposición de ningún otro equipo. Erró su rematador Matthews en la llegada, que se quedó dormido y fue adelantado por la gran parte de aspirantes al triunfo. Muy desde atrás, Van Aert remontó y aguantó estoico el golpe de pedal final del italiano Viviani, que cruzó la línea de meta a escasos centímetros del belga.