Si alguien pudo vivir y sentir junto a Miguel Induráin a lo largo de los años en el equipo Banesto y en los cinco Tours que logró, es el director y mánager del equipo en aquellos años, José Miguel Echávarri.El navarro, 25 años después de la gesta de Induráin, solo tiene palabras de halago hacia el pentacampeón, un deportista que define como “un ganador y un mito por razones que hablan por si solas”.

Echávarri afirma que ganar el quinto Tour seguro que fue para Miguel algo muy importante, “más aun por lograrlos de forma encadenada”, pero confiesa que, quizá, el que más ilusión le pudo hacer al ciclista es el primero.

“Lograr un quinto Tour, después cuatro más encadenados y ese plus de decir soy el primero que gana cinco seguidos, siempre queda como una satisfacción. Quizá más para todos aquellos que le hemos aplaudido, le hemos seguido y a quien nos ha emocionado”, confiesa el mánager de Abárzuza.

José Miguel asegura que en aquel Tour de 1995 se vio al Miguel más guerrero, pese a que reconoce “en algunas etapas sufrimos más de lo esperado”.

“Las primeras dificultades vinieron ya en la etapa prólogo, donde había una tormenta impresionante y la etapa fue muy peligrosa. Chris Boardman, que era el favorito para la etapa se cayó y Miguel viendo cómo estaba el día decidió no coger la bicicleta de contrarreloj, ya que no quería jugársela desde el principio”, afirma Echávarri.

Como recuerdo especial, el exdirector deportivo del Banesto asegura tener la etapa de Lieja, “Miguel dio una exhibición de ciclismo y donde dejó la imagen de querer ganar el Tour atacando”, algo que confiesa “le pasó factura en la contrarreloj del día siguiente, pero los que estábamos dentro sabíamos que Miguel hizo la contrarreloj en dos partes, la de Lieja y la de ese día”.

Después de lograr su quinto Tour, José Miguel es consciente de que para mucha gente, el sexto podía llegar, y asegura que “pudo ser factible”, pero reconoce que en el ciclismo “unas veces se gana y otras no”.

“Mucha gente pensaba que Miguel podría haber ganado su sexto Tour en el año 96, pero la gente es insaciable. Seguro que el que más interés en lograrlo era el propio Miguel. También se decía que podía haber ganado en el año 90. Pudo haber sido factible, pero es algo a lo que no le doy vueltas. La única cruz es que ese año había una llegada en Pamplona, donde el recibimiento fue muy especial”, reconoce Echávarri.

Después de años trabajando con Induráin, el de Abárzuza confiesa que muchas veces se sorprendían en el equipo por su trabajo, hasta el punto de que reconoce, “Miguel demostró ser un especialista del Tour, sabía donde, cómo y cuando era el momento para lograr la victoria”.

Echávarri no cree que a Miguel haya que compararle con ningún ciclista actual, ya que, “como dijo Eddy Merckx, Miguel no se puede comparar con nadie, cada ciclista tiene su época y no se puede comparar entre ellos”.

Sin embargo, también es consciente de que “en su época Miguel fue el mejor. Ha sido un corredor que le dio al ciclismo cosas que hasta entonces eran impensables”, concluye José Miguel.

“Miguel Induráin es un ganador y un mito por razones que hablan por si solas”

“Muchos pensaban que Miguel podría haber ganado un sexto, pero

la gente es insaciable”

“Miguel demostró ser un especialista del Tour, sabía donde, cómo y cuando era el momento”

Exmánager del equipo Banesto