La Federación Catalana, supongo que con toda su ilusión, toma la decisión histórica de que el equipo arbitral de un partido de Tercera esté compuesto por tres mujeres? y una cuadrilla (por fortuna, poco numerosa) se dedica gran parte del encuentro a dedicarles insultos machistas (ninguno original, que con tan poca neurona bastante hacían con gritar y controlar los esfínteres a la vez). Y que esto ocurra todavía, tan entrado el siglo XXI, ya más que indignación te causa tristeza por ver cuánto queda por hacer todavía para llegar a algo tan sencillo como la normalidad de que sea irrelevante que te pite un árbitro o una árbitra. La Comisión de Antiviolencia, ésa que tan viva anda para crujir a quien intenta colar en un campo una lata de cerveza para acompañar el bocata, bien podría mandar a sus inspectores a los partidos que pite ese trío arbitral. Puestos a multar, pocos motivos mejores que ése.