el mercado invernal de fichajes futboleros se cerró ayer a las 24.00 horas, una prueba más de en qué manos está el fútbol español. Sí, vale, nos podrán decir que Francia también cerró el suyo a esa hora, pero resulta que son excepciones en todas las ligas relevantes, porque Italia lo chapó a las 20.00, y la Premier y la Bundesliga, a las 18.00. No conozco otro organismo público o privado que tramite contratos o gestione papeleos a horas tan intempestivas, ni la necesidad de ganar ese poco tiempo a cambio de hacer trabajar hasta medianoche a clubes, agentes y currelas de la federación. Y no es solo por la coz a los horarios de oficina, sino por la sensación que tenemos de que la Federación Española lo hace por inercia, por la simple lógica de que el día acaba a medianoche, porque sus dirigentes no ahondaron más en la literatura tras leer La cenicienta y porque no se han parado un segundo a pensar y caer en la cuenta de que ese horario es demencial.