Siempre he tenido ojeriza a los famosos que dicen en las entrevistas que no se arrepienten de nada de lo que han hecho en sus vidas -ni de sus errores, porque aseguran haber aprendido mucho con ellos-. Va a resultar que nunca alcanzaremos el éxito social quienes nos arrepentimos cada noche de varias decisiones tomadas cada día. Puedo darle la razón a Brian Herbert cuando decía que “en la guerra y la política, a veces es mejor una mala decisión que no tomar ninguna”, pero eso nunca la hará buena. Y en esas reflexiones estamos cuando Sergio Ramos provoca una tarjeta para cumplir ciclo en el partido de vuelta ante el Ajax, y no solo se le nota mucho que lo hace adrede, sino que además lo confiesa en la tele nada más acabar el partido... Ya solo falta oírle decir algún día que no se arrepiente de nada y bla, bla, bla, para confirmar que la inconsciencia, la sobradez o el melasudatodismo son la madera de la que están hechos los famosos.