Hoy, en nuestra función de servicio público, nos toca la desagradable pero ineludible misión de silenciar campanas, apagar fuegos artificiales y, en general, rebajar euforias desmedidas. Vale que el tercero está ya a 4 puntos, que es un buen colchón, y que el equipo va de victoria en victoria, dominando a los rivales y arrollándolos. Pero como ante el colista virtual se sufrió más de la cuenta, y como la suerte influye, y como a veces el balón no quiere entrar, y como las lesiones pasan factura, etcétera, mejor no dar por hecho el ascenso, y mucho menos andar haciendo planes con la mejor fecha -que quien más quien menos, muchos lo están haciendo-, que aún es pronto no solo para descorchar el champán sino para ponerlo a refrescar. Esta puñetera Liga de Segunda, con sus 22 equipos (bueno, 21 este año) es más larga que un día sin pan, y al que baja la guardia le sacude en el morro. Paciencia, y a por ellos.