el partido - Durante 50 minutos, el planteamiento de Arrasate (con presión de Brandon sobre Busquets y Mérida dirigiendo la salida de balón) no tuvo fisuras. Valverde encontró en los cambios (Ansu Fati y Arthur) el antídoto contra un sistema que hacía inmune a los rojillos. Pero tras el 1-2 Osasuna aún tuvo capacidad de activar un plan B apoyado en las carreras de Estupiñán por banda y el refresco de Rober Ibáñez para amarrar un punto.