mientras los rojillos entusiastas -haberlos, haylos- miran a cuánto están las plazas europeas, los amarrateguis solo vigilamos la bicha del puesto 18º. Y, tras un exhaustivo análisis estadístico de cinco minutos en internet, hemos descubierto que en los siete últimos años la media de la salvación ha estado en solo 36 puntos, porque los 42 hacían falta cuando no era tan descarada la Liga de dos velocidades, de ricos y pobres. Es decir: si Osasuna va a punto por jornada o mejor (ahora lleva 7 tras 6 partidos), está donde debe. Pero como sabemos, por experiencia, que en Primera siempre se mete en enero o febrero en un bache de cinco o seis derrotas seguidas -si no es por el clima ni por excesos navideños, solo queda que sea algo genético, psicosomático o así-, hay que hacer ahora labor de hormiguica. Por ejemplo, mañana ante el Levante, que sin victorias (la única, en Leganés, fue en la ya lejana primera jornada) no hay paraíso.