- En el mundo del fútbol, la gran mayoría de contratos firmados por los jugadores expiran el 30 de junio, la fecha en la que la FIFA, oficialmente, da por cerrada una campaña, pasando el 1 de julio a la siguiente temporada.

Sin embargo, la excepcionalidad de la situación actual ha llevado a muchos a plantearse qué ocurrirá tanto con los jugadores que acaban contrato ese día como con los cedidos, ya que probablemente aún quedarán encuentros por disputarse más allá del 30 de junio, por lo menos en la Liga española, situación que afecta todavía más a los que cuya continuidad depende de ciertos objetivos.

Pese a no existir, por el momento, un manifiesto oficial por parte del máximo organismo del fútbol mundial, los clubes, y por ende Osasuna, están tranquilos al respecto de acabar la campaña, cuando se pueda, con los mismos jugadores. Los directores deportivos cuentan con la certeza de que la FIFA extenderá la ventana de traspasos hasta el fin de la temporada, sea cuando sea.

Esta medida hace que sea poco probable que un futbolista cedido o aquel cuyo contrato expira el 30 de junio decida no ampliar su vinculación por lo que quede de campaña, porque no podría firmar ni jugar con otro equipo. Si volviese a su club de origen, no podría disputar ningún minuto.

Asimismo, esto supone una tranquilidad absoluta para Osasuna, que prácticamente sabe que, si se puede finalizar la temporada, contará con los mismos efectivos que al inicio de la cuarentena. En la plantilla hay cinco futbolistas en calidad de cedidos: Raúl Navas, Pervis Estupiñán, Jose Arnaiz, Enric Gallego y Toni Lato.

Los dos primeros, llegados en verano, tienen situaciones bastante diferentes. La cesión de Navas lleva implícita una obligación de compra, cuyo montante cambiaría en caso de permanencia o no en Primera, pero con la que no caben dudas. En el caso de Estupiñán sí que podría haber menos certezas, pues el ecuatoriano firmó un préstamo por dos temporadas, con el Watford pudiendo recuperarle en esta próxima ventana. Este cambio de normativa evitará cualquier contratiempo al respecto.

Sobre los cedidos en verano, tampocoexistirán problemáticas. La cesión de Lato finalizará al término de esta campaña, mientras que Osasuna tendrá la opción de repescar a Arnaiz. Si se certifica la permanencia en Primera, será el mismo caso de Gallego, teniendo que abonar un millón de euros al Getafe en ese supuesto.

Tampoco existe una gran complicación con los jugadores que militan en otros conjuntos cedidos por Osasuna. Otegui y Grau, que salieron en verano, terminarán la campaña con Numancia y Lugo en Segunda División. Con los que salieron en invierno la solución es la misma. Luis Perea jugará los encuentros correspondientes con el Alcorcón. En el caso de Brandon Thomas (Girona) y Juan Villar (Rayo Vallecano), si sus equipos consiguen el ascenso a la máxima categoría, su pase se haría permanente, con Osasuna ingresando un montante económico por cada futbolista. De no hacerlo, regresarían a la disciplina rojilla en el momento en que la temporada 2020/21 diese inicio, según lo que estipule la FIFA al respecto.

Desde el club rojillo no se ha tratado todavía individualmente esta situación, porque entienden que aún no es necesario vista la incertidumbre existente. Lo que tienen claro es que sería una sorpresa que existiesen complicaciones.