- ¿Han tenido respuesta ya a las observaciones que hicieron al protocolo para la vuelta a los entrenamientos?

-Todavía no. Con las concentraciones no estamos de acuerdo. Aunque las deja como posibles, están limitando el derecho de libertad de los futbolistas. En las primeras fases van a entrenar y vuelven con sus familias y no entendemos que la tercera y cuarta fase sea una posible obligación de los clubes. Queremos que la salud de los compañeros se pueda garantizar al máximo, pero entendemos que se están limitando muchísimos derechos. Hemos hablado con diferentes médicos de Primera y Segunda que nos hablan de cómo la concentración afecta a la salud mental, porque el compañero viene de un confinamiento de 50 días. Meterle otras dos o tres semanas de concentración o tener la opción mientras esté la Liga, desde el sindicato vemos que impide muchos derechos y sobre todo que no se ajusta al convenio colectivo.

¿Qué le parece que la plantilla del Eibar haya expresado temor en un comunicado?

-Es totalmente respetable. Entendemos que tenemos que ir juntos todos los futbolistas porque es la manera de que se nos escuche, pero es el sentir de muchos futbolistas, ese miedo, ese respeto al COVID-19 del que no se sabe casi nada. Han fallecido muchísimas personas y desgraciadamente se han contagiado muchísimas otras. El futbolista es persona, sabe cómo está el país, tanto a nivel económico como sanitario; con gente que se estaba jugando la vida y ayudando a los demás, que no tenían test y fueron ellos los primeros que se dieron cuenta de este aspecto y así lo dijimos desde el sindicato. En el tema de los ERTE pasó exactamente igual. Muchos de ellos negociaron con sus clubes para esa posible falta de ingresos que decían que tenían los clubes.

¿A veces parece que hay prisa por volver a jugar por lo que se ha dejado de ingresar?

-A nivel económico están claras las pérdidas, no solo en el fútbol, también a nivel general y mundial, y en España, con una situación difícil económicamente, lo tenemos claro. Pero aquí se está jugando con la salud de las personas, entre salud y dinero no hay debate. Vamos a intentar hacer todo lo posible para que la normalidad vuelva en todos los sectores, no solo en el deporte. Entendemos que no somos una actividad esencial y que el fútbol mueve muchísimo dinero, pero somos personas y haremos ese trabajo siempre que se garantice, que haya un respaldo del Ministerio de Sanidad y siempre que nuestros compañeros lo tengan. En la fase 3 y 4 no podemos estar distanciados porque somos un deporte que estamos en contacto y hay varios puntos que tratar. Tenemos el tema de las concentraciones, los viajes, los contratos al 30 de junio... Son temas que se tienen que dejar claros para la seguridad del trabajador y de la empresa.

¿Cómo se puede equilibrar el final de la temporada con el comienzo de la otra y las vacaciones en medio?

-Tenemos que cuadrar una temporada que viene y dar descanso a los futbolistas. Son meses difíciles porque hace muchísimo calor, hay que ver las temperaturas, las horas a las que se juega, ver el calendario entre partido y partido y tratar muchas cosas que ahora no parecen importantes. No podemos limitar ningún tipo de derechos de ninguna persona y llegar a un consenso. Vamos a ir poco a poco, ver qué situación nos vamos encontrando y, en el caso de que veamos dificultad, por encima está la vida de las personas, de todos sus familiares y de la gente que está en contacto con el deporte.

¿Cuánto daño hacen los ERTE a los futbolistas?

-Como a cualquier trabajador. Los de Primera y Segunda que tienen un control económico y que son empresas con presupuestos muy elevados te llama la atención que a los diez días puedan producirse ERTE y problemas económicos. También se estigmatizó al futbolista en ese momento, se decía que no ayudaban cuando muchos de ellos han llegado a acuerdos con sus clubes sin tener que recurrir a esos ERTE y ha habido otros casos en los que el club ha tomado esa decisión sin contar con ellos, ni sentarse un minuto. Ahí es donde por supuesto hace daño un ERTE, porque como cualquier trabajador siempre que pueda estar perjudicado su trabajo y reducir su salario afecta a todo lo demás.