- La tensión se notaba en su lenguaje gestual, mirada inquieta y sonrisa forzada. Sentado frente a decenas de periodistas, la estrella de Francia, Kylian Mbappé, abrió ayer la Caja de Pandora de la selección gala. Si la figura mítica de Pandora destapó la caja que asolaría de males al mundo, esta vez fue el delantero del PSG quien puso al descubierto una cierta fractura en el seno de los bleus. El roce con Olivier Giroud, uno de los veteranos del combinado, puede dejar marcas en un grupo que había olvidado las controversias del pasado gracias a la armonía promovida desde la llegada de Didier Deschamps en 2012.

De manera velada, Giroud, de 34 años, echó en cara a Mbappé, de 22, que le ignorase durante el amistoso del día 8 ante Bulgaria. Respondiendo a un periodista, alegó que si había permanecido discreto en el partido, a pesar de anotar dos goles, había sido porque “no había recibido los pases a pesar de sus desmarques”. La indirecta no se le escapó a la estrella del PSG. “La situación (dentro del grupo después del incidente) estaba un poco un poco tensa, pero siempre es así. He conocido unos cuanto vestuarios, lo más importante es hablar las cosas, dejar las cosas claras y dar un mensaje al grupo”, aseveró Mbappé.

El delantero del Chelsea no citó en ningún momento a Mbappé, pero este se dio por aludido: “Es cierto que me ha afectado un poco, pero no vamos a hacer una historia de eso, el equipo de Francia es más importante”.