Rafa Bericat y Javier Pascual, entrenadores del Cortes y del Cantolagua, respectivamente, fueron los primeros en sentir lo mismo que va a experimentar, o lo está experimentando, Kike Jurío, entrenador del Injerto. Los tres tienen un factor común: ejercen de visitantes en la eliminatoria.

El primero en afrontar este nuevo cambio de formato fue el técnico del Cortes, cuando dirigía a la Peña Azagresa. "Nos pilló la novedad, porque el formato era diferente. En la previa, el club y el pueblo se volcaron y aparecieron todos los niños en el entrenamiento de la mañana, comimos juntos e hicimos juntos el viaje. Fue una cosa emocionante y nos sentimos profesionales por un día. Pero cuando verdaderamente sentimos lo que había fue cuando llegamos a Fraga y vimos el ambiente que había", rememora.

"A mí, ver el biombo de la Copa del Rey con el balón girando me produjo una sensación en el estómago difícil de explicar", continúa.

El preparador considera que el partido del Injerto "al ser fuera de casa, tienen ventaja ellos, y este año, con público, imagino que reventarán el campo, pero nosotros intentamos que esa presión jugara en su contra", y recuerda que ellos jugaron "contra un Fraga que era superior a nosotros, y lo único que les dije a los jugadores fue que al principio generáramos algo de peligro para que no se vieran tan cómodos. Esas llegadas que tuvimos al principio del partido nos quitaron los nervios. Luego tuvimos que sufrir y el meter el gol nos tiró atrás. Si llegamos a tener que jugar prórroga no me llega ningún jugador, porque el estado anímico no es el mismo que en otro partido cualquiera. La psicología va por delante del físico. Tuvimos la suerte de que pudimos ver al Fraga y sabíamos a lo que nos íbamos a enfrentar. Y la verdad es que hicimos el partido a la perfección".

Un año después, el Cantolagua tuvo que coger carretera y manta para enfrentarse a la Montañesa. Antes de entrar en valoraciones, Javier Pascual quiere sumarse a los mensajes de apoyo que están recibiendo jugadores y cuerpo técnico del Injerto. "Lo primero desearle toda la suerte del mundo al Injerto, que les vaya bien. Además conozco a Bati, de cuando lo entrené en su día en Aoiz y a ver si tienen la suerte de disfrutar lo mismo que nosotros el año pasado", menciona.

'Paski' admite la facilidad que tuvo para estudiar al rival. "A nosotros nos tocó un equipo mediático como la Montañesa, que fue cuando ficharon a Sergio García y Joan Verdú. Partió de los jugadores la idea de irnos de víspera y preparar el partido de la mejor manera posible. Imagino que el Injerto estará igual, con la sensación de que es un partido que pasa una vez en la vida y creo que se disfruta salga como salga el partido, por esa sensación que tienes los días previos, porque para el equipo es una experiencia muy bonita. Creo que esta primera parte de la experiencia es muy grande para todos. De cara a este partido, Kike sabe perfectamente mantener todo, pero está claro que lo último que hay que hacer es sobremotivar a los jugadores, porque la motivación que ellos tienen ya es extrema y yo al final recuerdo que intentaba normalizar el partido de la mejor manera posible".

Por último, en cuanto al planteamiento del partido, el técnico del Cantolagua afirma que "los jugadores van a correr más de lo que pueden, por lo que dije que se centraran en lo que teníamos que hacer para ganar y esperar a que todo saliera como lo habíamos previsto. Acompañar a los jugadores en esa motivación y centrarlos en que no jueguen revolucionados. Ellos estaban revolucionados. Esa presión extra de jugar en casa puede ser favorable para el Injerto, porque el Utrillas sentirá que no podrá fallar en casa. Nosotros nos aprovechamos de eso".