Penúltimo y colista se enfrentaban en la vigésimo primera jornada de la Segunda RFEF en el Santa Ana de Torrelavega.

Enseguida empezó torcido el duelo para los visitantes, que cometieron un penalti a los cinco minutos de saltar al terreno de juego, por mano de Gontzal, que no fue ni amonestado. La primera parte se fue 2-0 no se sabe ni como, las sensaciones eran de que a la Peña le podía haber caído una goleada de escándalo.

La segunda mitad sería más de lo mismo, pese a que tras el descanso el míster local reservó a los dos goleadores de la primera mitad: un monólogo del conjunto cántabro, que tuvo ocasiones por doquier para haber terminado con una goleada de época, pero que esta vez materializó mejor.

Los tres futbolistas que entraron al terreno de juego, lo hicieron contagiados de la energía de sus compañeros sustituidos y dispusieron de numerosas ocasiones claras. Sin ir más lejos, el cuarto, el quinto y el sexto, los marcaron dos de los tres cambios que introdujo el entrenador tras el paso por vestuarios. Era cuestión de tiempo. Cuando el partido iba 5-0, Daniel anotó el de la honra para su equipo, aunque visto lo visto, no estaba el horno para bollos.

El dominio fue bestial, una apisonadora pasó por encima de los chicos de Unai, que necesitan algo más que un milagro para salvarse. Por el lado contrario, el Tropezón se marcha reforzadísimo para afrontar lo que viene tras haber realizado el mejor partido de la temporada. Que no es ni más ni menos que la lucha por la salvación, una empresa siempre mastodóntica. Para más inri, sus competidores directos, el Ardoi y el Náxara, pincharon en sus respectivos partidos y por lo tanto, los de José Gómez avanzan del penúltimo puesto al decimoquinto, y se situán con 27 puntos a falta de cuatro jornadas para la conclusión de la campaña 21-22.