la incorporación de Mutilva Motor Center (Polígono Mutilva Baja, en las inmediaciones de Pamplona) a la red de concesionarios oficiales de Yamaha ha sido la excusa perfecta para subirnos a uno de los modelos más deseados del mercado de motocicletas y scooters, el Yamaha TMAX 530. Y para que no tuviéramos queja posible, lo hemos hecho sobre la versión tope de gama, la DX, que incorpora respecto a las variantes restantes (TMAX 530 ABS, SX y SX Sport Edition) detalles tan de lujo como: pantalla con regulación eléctrica, puños y asiento calefactables -en invierno llegar a casa con las manos y el trasero con vida debe de ser una gozada- y control de la velocidad de crucero, para que no nos salte el radar de improviso ni tengamos que estar pendientes del acelerador en largos y tediosos recorridos por autopista.

La DX es la terminación más GT de la gama TMAX 530, un scooter líder en el mercado de los grandes bicilíndricos tanto en ventas globales -lleva más de 250.000 unidades comercializadas en todo el mundo- como a la hora de marcar tendencias, lo mismo por su diseño estético y prestaciones -la velocidad máxima real está entre 165 y 170 km/h- que por su doble personalidad. Y es precisamente ese carácter tan completo la raíz de su éxito, ya que te hace sentir que llevas una moto por su buen rendimiento mecánico y sobresaliente respuesta dinámica, lo que lo distancia de otros megascooter.

Tan versátil como el que más, cómodo, espacioso y dotado de una acertada ergonomía, con buena protección aerodinámica, igual de práctico y funcional que el resto -aunque no quepan dos cascos integrales bajo el asiento-, muy seguro con su potente equipo de frenos y el control de tracción de serie, y totalmente recomendable cuando uno ya cuenta con 46 CV y 53 Nm de par; deliciosamente suave cuando observamos el impecable trabajo de la limpia y silenciosa correa dentada de su transmisión secundaria, el buen hacer de su embrague o lo utilizamos en el modo T, que revela la personalidad de scooter refinado y progresivo mientras lo usamos en ciudad; y ejemplarmente deportivo y estimulante cuando elegimos el modo S para aprovechar las elevadas prestaciones de su motor y el rendimiento sobresaliente de su chasis de aluminio y de unas conseguidas suspensiones. El TMAX 530 es el más moto de todos los megascooter, por su ligereza (entre 213 y 216 kilogramos en orden de marcha, con su depósito de 15 litros el completo), la facilidad con la que cambia de dirección -al nivel de un scooter monocilíndrico de 250-400 cc- y la insuperada, al menos hasta la fecha, confianza e información que transmite en todo momento e incluso en conducción muy deportiva. Un servidor se lo llevó a una de esas carreteras plagadas de curvas y que tiene atragantada por su asfalto irregular, con diferentes niveles de agarre, curvas de trazado cambiante que impiden mantener un ritmo constante y revirado discurrir que invita a roscar más de la cuenta, y la conclusión es que se trata de un scooter con un comportamiento irreprochable: estable, noble, preciso, tremendamente ágil y controlable, divertido y con el que disfrutar como de una moto de rueda alta, con total confianza. Luego, ya de vuelta a casa, sin sobrepasar los límites de velocidad al cruzar por poblaciones, ruteando a ritmos moderados o deleitándonos con el verde paisaje de nuestras montañas, el TMAX es simplemente delicioso. Sin duda, te lo llevarías a casa para siempre.

Es cierto que los 12.300 euros que cuesta la versión de acceso -la DX sube unos 1.900 más- es dinero, aunque al menos la financiación es al 0%; también que se trata del scooter más prestigioso y deseado del mercado, igualmente por una fiabilidad sobresaliente, que luego tiene un mercado de segunda mano donde se cotiza muy alto, que sus posibilidades de personalización son interminables y que todos sus propietarios -no conozco a ninguno que no hable maravillas de él- están más que satisfechos.

YAMAHA TMAX 530 DX