C uando Marc se encontró en el saludo a Fabio Quartararo en el parque cerrado, le señaló la camiseta que portaba el francés como celebración de su ya logrado título de Rookie del Año y le espetó: “De rookie ya poco, ¿eh?” mientras reía y le daba una amistosa (pero sonada) palmada en el mono. Risas que ya hemos visto antes con otros pilotos y que tarde o temprano tornaron en tormentas. La carrera no tuvo historia, excepto la de los números. Pero es que su actual estado de forma deja poco margen a la sorpresa. Solo había que ver la cara de Dovi, tercero, que reflejaba la impotencia del saber que el destino te hizo competir en las décadas equivocadas.

Ahora mismo, salvo debacle, no hay nada que hacer. Etiquetas de anti-Márquez las han tenido varios: primero Rossi, Lorenzo y Pedrosa, que ya estaban cuando Marc llegó, enseguida fueron fulminados, de un modo u otro. Dani, el más listo creo yo, supo saber cuándo ya no había nada que rascar. Rossi se empeña en intentar buscar lo que por edad y pura fisiología ya no tiene. Esas dos o tres décimas por vuelta que te restan tener 40 años y que por mucho motor que pidas o por mucho que fuerces, ya no encuentras. Jorge ha perdido su desafío más deseado, ganar carreras con tres marcas distintas y dar a Rossi en los morros con algo que el italiano no pudo hacer. Lo sabe y sólo buscará ya una digna salida. Luego llegó Viñales a Yamaha después de un par de años fantásticos en Suzuki y se anunció el gran duelo... que años después aún estamos esperando.

Se puede maquillar como se quiera, contar películas de samurais y yo qué sé, pero que un piloto del equipo satélite, con la moto que tú llevabas el año pasado, quede permanentemente por delante de ti es muy difícil de digerir y justificar. Suenan ya bien altos por el paddock los rumores de su salida de Yamaha. Y en estas aparece el nuevo anti. ¿Qué hace de especial a Fabio? Probablemente que nadie esperaba esto. Ni él mismo. Y esta sorpresa general puede ser el mejor arma del que es hoy un piloto rápido, constante, completo, fino, frío y sobretodo muy distinto a Marc. Y con un amplio margen de mejora. Solo queda que sus pasos sean firmes. Por el bien de todos.