Pamplona - La final del Torneo Individual de Navidad, en la que Javier Urriza ganó por 30-28 a Gorka Urtasun, sirvió para que el remonte exhibiera toda su espectacularidad en un escenario tan atípico como Vall d’Hebron (Barcelona), en cuyo frontón corto se vivió un gran ambiente.

Urriza se llevó una txapela carísima, tras sufrir muchísimo en un partido que pudo haber caído de cualquiera de los dos lados, ya que Gorka Urtasun se reivindicó como el gran especialista que es en la lucha individual en frontón corto.

Era la primera vez que dos especialistas de la talla de Urriza y Urtasun se medían en una final individual en frontón corto, y el duelo fue espectacular. Tal vez fue la mejor final de las catorce ediciones celebradas.

El encuentro fue durísimo y muy exigente desde el punto de vista físico. Hubo momentos del partido donde se palpaba el sufrimiento y la tensión de ambos remontistas en la cancha, como en el que supuso el 10-13 para Urriza, después de un tanto larguísimo, con un ritmo endiablado, que después de seis rebotes consecutivos de Urtasun cayó del lado del delantero de Iruña. El público vibraba en la grada, disfrutando de un partido lleno de emoción y de una calidad táctica y técnica que no suele ser fácil ver en una final.

Tras un comienzo en el que Urriza se adelantó con pequeñas diferencias (5-2) Urtasun cogió la iniciativa tras el primer empate a 7 tantos. A partir de ahí, el delantero de Irurita comenzó a marcar la primeras diferencias significativas, y después de un 7-9 y un 9-11, pasó a ser de 6 tantos en el 11-17. Era su momento, estaba dominando en el peloteo, tomando la iniciativa, y buscando la pelota adelante para darle velocidad y abrir huecos, como sólo él sabe hacer.

Aunque no entraba en el guion inicial, Urriza jugaba dominado y a la defensiva, tal vez más retrasado de lo que debiera y cediendo esa iniciativa tan importante en una cancha de 36 metros. Entre los aficionados que antes del comienzo expresaban el claro favoritismo por Urriza comenzó a sobrevolar la posibilidad de que la txapela cambiase de cabeza.

Pero Urriza se puso el mono de trabajo y comenzó a pegar como un poseso a la menor ocasión. La pelota viajaba a mil por hora y el guion comenzó a cambiar. El ritmo era frenético y el desgaste físico iba a ser crucial para el desenlace final. Llegó la igualada a 17, otra más a 21 y a 22 tantos, tras la cual Urriza se puso por delante con un 24-22 y un 26-23. Parecía que empezaba a dominar el choque y que las cosas podrían acabar como se había pensado en un principio, con la txapela en su cabeza. Pero ese gen competitivo, que siempre se ha remarcado de Urtasun, volvió a aparecer, y el delantero de Irurita volvió a empatar el partido a 26. Este sí era el momento clave del choque, con claros síntomas de cansancio de ambos remontistas, pero sin dar una pelota por perdida.

Si algo se pudo ver en ese momento fue la capacidad de sufrimiento de dos campeones jugándose el cetro de número uno. Arriesgando todo lo que podía volvió a ponerse por delante en el 26-27. El siguiente tanto pudo ser el que le hubiese puesto las cosas claramente a su favor, ya que después de dominar a Urriza y tenerlo pegado al rebote, arriesgando muchísimo, fue a buscar al aire al cuadro uno y medio una pelota entregada. La pelota iba muy poco tocada, cayendo después de tocar al frontis, y en lugar de matarla no pudo hacer otra cosa que ponerla encima de la chapa, y Urriza que ya corría a los cuadros delanteros, con solo levantarla un poquito consiguió el tanto. Era el último empate, a 27.

Ese tanto dio alas a Urriza, que hizo los dos siguientes después de sendos buenos saques, y le pusieron el partido en la mano. Aun así Urtasun no se dio y subió su casillero hasta el 29-28, pero un gran pelotazo del delantero pamplonés finiquitó el partido y propició una grandísima ovación de un público entregado.

En beneficio de Afanoc El festival fue en beneficio de la Asociación de Niños enfermos de Cáncer de Cataluña (Afanoc) y la entrega de trofeos y txapela la realizaron Narcis Serrats, de Afanoc, y David Muñoz, de la Federación Catalana de Pelota.

Antes del comienzo de la final, en la misma cancha, Narcís Serrats recibió de manos de Jaime Aguirre, director gerente de Fundación Remonte Euskal Jai Berri, el donativo de 1.000 euros que la Fundación comprometió con las Asociaciones de Niños con Cáncer de las ciudades que visitó con el Circuito Internacional 2018.

Antes de la final, cuatro chavales de la Casa de los Navarros de Barcelona disputaron un duelo de mano parejas. - D.N.