La cumbre de energías renovables, que ha atraído a Navarra a delegados y altos funcionarios de los 27 países miembros de la Unión Europea, ha colocado esta semana a Pamplona en el centro de la diana. Para garantizar el buen funcionamiento del congreso, cientos de efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han desplegado a lo largo de esta semana un dispositivo coordinado dispuesto para hacer frente a cualquier imprevisto que pudiera haber alterado su desarrollo.
Como parte del protocolo diseñado por el Ministerio de Interior para proteger la buena marcha del seminario, la Guardia Civil ha movilizado diversas unidades, incluido el Grupo de Desactivación de Explosivos (GEDEX), el Grupo Cinológico (perros) o el Grupo de Acción Rápida (GAR), especializado en la lucha antiterrorista, piezas todas de un mismo un puzzle cuyo objetivo ha sido anticiparse a cualquier amenaza y dar una respuesta efectiva en caso de haberse producido un peligro real.
El COS (Centro Operativo de Servicio) de la Guardia Civil, situado en la comandancia de Pamplona, ha sido el cerebro de todas las operaciones. Equipada con lo último en sistemas de comunicación, desde esta sala caliente plenamente informatizada se ha vigilado y acometido en tiempo real cualquier eventualidad que ha podido surgir en torno al seminario y a los propios asistentes, con seguimiento expreso de sus aterrizajes en Noáin y sus traslados hasta los hoteles.
El aeropuerto ha sido uno de los entornos asegurados escrupulosamente por la Guardia Civil. El Grupo de Desactivación de Explosivos (GEDEX) ha sido el encargado de comprobar que ningún elemento sospechoso afectase a la integridad de los asistentes a la cumbre. Los seis especialistas de este grupo han comprobado igualmente la seguridad de los itinerarios que han utilizado las autoridades para desplazarse entre Noáin y Pamplona, así como en las excursiones que han efectuado durante su estancia en Navarra. "Nuestro trabajo es ver, volver a ver y reconocer las instalaciones y objetivos que se nos hayan marcado para descartar que haya riesgos en ellos conforme a lo que nosotros conocemos y a nuestra información", explica un componente del GEDEX.
Para ello han realizado rastreos a pie, en coche o en helicóptero. Cualquier objeto fuera de lugar puede levantar las sospechas. "Nos guiamos por el sentido común. Nadie espera ver un amortiguador en la pila bautismal de una iglesia. Ante posibles riesgos, se nos activa y decidimos si se trata de una amenaza real". Para responder a cualquier incidencia, este grupo cuenta con "el máximo equipo", incluido un robot valorado en 300.000 euros, capaz de desarmar a distancia cualquier tipo de bomba.
Los cinco perros entrenados para la detección de explosivos del Grupo Cinológico también han reconocido a diario el aparcamiento y los equipajes en busca de posibles riesgos. "Son capaces de encontrar cualquier componente que pueda contener un explosivo. Da igual que esté dentro de una maleta, oculto en un contenedor o en alto", indica un miembro de esta unidad. "Cuando el perro encuentra uno de esos elementos, se sienta para marcar el hallazgo".
El Grupo de Acción Rápida (GAR) también ha tenido como una de sus misiones prioritarias salvaguardar la invulnerabilidad del aeropuerto. Efectivos de esta unidad de elite de la Guardia Civil, considerada la punta de lanza del Cuerpo, han vigilado las instalaciones aeroportuarias desde observatorios lejanos situados en el perímetro "para evitar un ataque con cohetes o granadas".
rifles en la torre de control Armados con rifles de largo alcance, la propia torre de control de Noáin ha sido uno de los puntos de vigilancia empleados por los miembros del GAR en este cometido. "Desde ella se divisa muy bien las pistas, el perímetro... Aunque es cierto que suena impactante que pueda haber una agresión contra una aeronave, en documentos de ETA han aparecido planes similares", advierte el jefe del GAR en Navarra.
Otra de las funciones principales de esta unidad, integrada por 55 efectivos, ha sido el control de los accesos a Pamplona. Más de mil vehículos han sido registrados exhaustivamente y 300 personas identificadas para prevenir la llegada a la capital navarra de "elementos subversivos que pudieran aprovechar la cumbre para alterar el orden, sobre todo con motivo de la manifestación que se celebró el jueves. Lo que se ha intentado es que no se introdujeran en Pamplona cohetes o cócteles molotov para minimizar su influencia".
Con el fin de" dar fluidez al tráfico y reducir la posibilidad de ataques en los itinerarios" empleados por los asistentes a la cumbre, una veintena de agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil han sido los responsable de gestionar los desplazamientos de las principales autoridades que han participado en el congreso, así como de realizar acompañamientos a varios autobuses. "Lo que se ha intentado es que no se creen situaciones de riesgo, porque donde menos te lo esperas, puede saltar la liebre", resume el jefe del Subsector.