Escoger una gasolinera u otra puede suponer un ahorro de más de tres euros cada vez que se llena el depósito del coche en Pamplona. Aunque pueda parecer un ahorro menor, sumado en periodos de tiempo amplios, puede suponer un ahorro para nada desdeñable en el caso de un conductor habitual.
Lo saben la mayoría de clientes de la gasolinera Eurocam, situada en el Polígono Agustinos, y que es la gasolinera más barata de Pamplona, según el Ministerio de Industria. Esta estación de servicio solo vende diésel y gasolina 95, a 1,189 y 1,259 euros por litro, respectivamente.
Teniendo en cuenta que la capacidad media de un depósito de un coche es de 50 litros, llenarlo de diésel tiene un coste de 59,45 euros en Eurocam. Por el contrario, en la estación de servicio más cara de la ciudad (la gasolinera Iturrama, situada en la calle Esquíroz) llenar el mismo coche supone un gasto de 62,65 euros, es decir, más de tres euros de diferencia. En la gasolina 95 las diferencias se acortan hasta los 2,35 euros, ya que en Eurocam el litro vale 1,259 y en la estación de Esquiroz 1,306.
"No vivo especialmente cerca de aquí, pero creo que me compensa venir hasta esta gasolinera porque sé que me ahorro entre 3 y 5 euros. Sería de tontos no acercarse, a no ser que tengas prisa o alguna otra razón para no venir", declara Vicente Díaz González, de 37 años, conductor de un vehículo utilitario.
Por el contrario, el gerente de la gasolinera Iturrama, Ángel Isturiz, considera que es una "tontería" tener que "irse a llenar el coche lejos de casa para ahorrarse unos centimillos de nada. Seguro que con el trayecto de ida y vuelta consumes lo poco que has ahorrado". Es el caso del conductor César Goikoetxea Endarra, de 42 años, que elige la gasolinera que le "pilla más cerca de casa" (la situada en la calle Sancho Ramírez), ya que no le importa que "que sea un poco más cara". La estación más barata y la más cara de Pamplona están a 6 kilómetros.
ahorro de costes
Servicios y precios
El bajo precio de estaciones de servicio como Eurocam o las gasolineras cercanas a centros comerciales, como el caso de la gasolinera de Eroski (1,236 euros por diésel y 1,278 de gasolina 95), situada también en el Polígono Agustinos, se traduce en un servicio más austero. En ninguna de las dos hay personal encargado de atender a los clientes y son los usuarios los que deben rellenar su depósito. En el caso de Eurocam tampoco existe una tienda o un baño complementario a la estación.
El gerente de Eurocam, Miguel Mendióroz, admite que su gasolinera busca ajustar el margen de beneficio al máximo para conseguir más clientes: "Ahorramos en gastos de personal y en otros servicios, a cambio ofrecemos la gasolina más barata y se acercan muchísimos clientes para repostar aquí".
Desde Eroski señalan que no ponen los precios de sus gasolineras "para obtener beneficios añadidos", sino que intentan "ser lo más competitivos posible". Este tipo de centros comerciales, en palabras de Vicente Náchez, asesor de la presidencia de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES), buscan "ajustar al máximo el margen de beneficio para vender la gasolina lo más barata posible. Lo que quieren es poner un precio de reclamo para que la gente vaya a repostar ahí y, de paso, compren en el supermercado, que es su fuente principal de ingresos".
Desde la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de Navarra (AES Navarra), su presidente, Iñaki Zozaya, comprende perfectamente a las gasolineras que tienen precios "algo más caros que las más competitivas". "Es normal que una gasolinera con 20 empleados, unos baños limpios y una tienda aparte venda la gasolina un poco más cara que una con autoservicio. Con todos esos servicios adicionales, de algún lado tendrán que recuperar ese dinero", explica.
En definitiva, es la eterna lucha entre calidad y bajo precio. "A mí lo que me interesa es que me salga barato. No me importa que sea autoservicio y mancharme un poco las manos. Mientras ahorre…", explica Ricardo Gómez Vega, de 46 años, después de llenar en Eurocam.
los márgenes
Las marcas blancas
En España existen tres tipos de gasolineras: las que pertenecen a compañías petroleras, las abanderadas y las de marca blanca. Cada una tiene una dinámica de trabajo completamente distinta. En el caso de las estaciones de servicio abanderadas (tienen un contrato de suministro y absorben la imagen corporativa de la marca que les suministra), el margen de beneficio es muy pequeño.
De hecho, un gerente de una gasolinera de este tipo, como Felipe Villares, de la estación de servicio CEPSA en la calle Sancho Ramírez, solo recibe una comisión fija por parte de la petrolera por cada litro que vende. El presidente de AES Navarra, Iñaki Zazoya, explica que "la petrolera les dice que vendan a un determinado precio y en torno a él tenemos que funcionar". Es decir, "la empresa a final de mes nos pide que le paguemos el precio indicado multiplicado por el número de litros que hemos pedido y que ellos nos han suministrado". La comisión fija que reciben es "de apenas 3,5 céntimos por litro", con lo que asegura que "el margen de beneficio" de este tipo de gasolineras "es mínimo". "A poco que juguemos con él, entramos en pérdidas", reflexiona.
Con las blancas se da una situación especial, ya que son independientes de operadores petroleros y tampoco están vinculadas a contratos de abanderamiento. Pueden jugar mucho más con sus márgenes de beneficio, como es el caso de Eurocam. Eso sí, el cliente no tiene la seguridad que, en teoría, da una marca de prestigio frente al combustible de "marca blanca" que adquiere en este tipo de gasolineras.
"La diferencia está en si quieres calidad o ahorrar dinero. Con una marca conocida hay detrás una inversión en investigación, en seguridad, etcétera. Con una marca blanca todo lo que te crees que has ahorrado te lo gastas después, a largo plazo, en la reparación de una avería", concluye Zozaya.