PAMPLONA. Las piezas del mapa bancario español siguen en danza. y el siguiente movimiento podría afectar de lleno a Banca Cívica, que se acerca a La Caixa en una operación que cada vez cobra más fuerza en numerosos ámbitos financieros. La adquisición de Unnim por parte del BBVA, conocida esta misma semana, acelerará seguramente las conversaciones entre las entidades, que no quieren quedarse descolgadas.

"Hay hasta tres líneas de trabajo abiertas", explicaban ayer a Europa Press fuentes del sector en relación a la entidad que integra a Caja Navarra, Cajasol, Caja Canarias y Caja Burgos. La entidad no precisó si Caixabank es una de ellas. La entidad presidida por Isidro Fainé no quiere perder el tren de los grandes bancos y ha visto cómo esta semana BBVA se quedaba con Unnim.

La Caixa quiere crecer y Banca Cívica necesita un socio de manera urgente. Antes de fin de mes necesita presentar ante el Banco de España un plan que le permita cumplir con las nuevas provisiones que le exige el Gobierno y que algunas fuentes cifran en algo más de 2.000 millones de euros. Banca Cívica, por su parte, rebaja estas exigencias a menos de 600 millones, si bien para ello necesitaría diluir a sus actuales accionistas canjeando buena parte de los 900 millones de euros en preferentes. Desde la entidad se reconoce que la continuidad en solitario es "muy complicada" .

Banca Cívica le aportaría a Caixabank una implantación importante en Canarias y un buen negocio en Navarra, por lo que fuentes del sector apuntaban a que la entidad catalana podría hacerse con Cívica en las próximas semanas. Habría tomado ventaja respecto a Ibercaja quien, al haberse quedado sin Unnim, deberá hacer frente a la integración de Caja 3 sin ayudas.

Esta situación rebajaría la fuerza de Ibercaja a la hora de sentarse a negociar con Banca Cívica, a quien habría reclamado una posición de liderazgo que Enrique Goñi y Antonio Pulido no querían aceptar de una caja de 45.000 millones.