MADRID. Javier Martín-Artajo Rueda, exdirectivo del banco JP Morgan Chase reclamado por EEUU por ocultar pérdidas de más de 6.000 millones de dólares en sus operaciones financieras en Londres, quedó ayer en libertad tras prestar declaración en la Audiencia Nacional y se negó a ser extraditado a ese país. Martín-Artajo fue trasladado ante el juez de guardia de la Audiencia, Santiago Pedraz, desde las dependencias policiales de Canillas, donde se entregó después de que se le localizara en su casa de Madrid al existir una orden internacional de detención sobre él dictada por EEUU hace dos semanas.
El juez le dejó en libertad, pero le prohibió salir del territorio y está obligado a comparecer cada quince días, en espera de que EEUU inicie los trámites para solicitar su extradición, según informaron fuentes jurídicas. Martín-Artajo, de 49 años y exsupervisor de la estrategia de inversiones de la oficina de JP Morgan en Londres, fue acusado formalmente por la Fiscalía Federal de Estados Unidos junto con el francés Julien Grout ,un operador de 35 años, de fraude, falsificación de documentos bancarios y contribución a documentos oficiales falsos.
Según las mismas fuentes, el español aportó ayer al juez dos documentos, uno de ellos una fotocopia de la declaración ante la Fiscalía de Estados Unidos del corredor de JP Morgan Chase Bruno Iksil, conocido como la ballena de Londres, quien llegó a un acuerdo con la justicia estadounidense para que le levantaran los cargos a cambio de cooperar en el caso, y supuestamente implicó en su comparecencia a Martín-Artajo.
DOCUMENTOS También entregó una serie de documentos, en concreto justificantes de propiedades en España, en los que pretende justificar su arraigo en este país. Martín-Artajo compareció durante una hora ante el juez y el fiscal, Jesús Alonso, pidió su libertad, que finalmente decretó Pedraz con la prohibición de abandonar España sin autorización y comparecer cada quince días en un juzgado. Durante su declaración afirmó que se niega a ser extraditado, aunque en realidad eso lo tendrá que decir una vez EEUU formalice la petición.
Cuando transcurra este plazo, se le citará para que comparezca en la Audiencia Nacional y entonces tendrá que decir si, formalmente, aceptar o no ser extraditado. A partir de ese momento la Sala de lo Penal de la Audiencia celebrará una vista en la que la Fiscalía española y las autoridades estadounidenses expondrán sus puntos de vista.