pamplona - La dirección de TRW anunció ayer al comité la presentación de un expediente de regulación de empleo de extinción de contratos y la rebaja de condiciones laborales en el convenio colectivo para “evitar el cierre y mantener la competitividad de la planta de Landaben”, que emplea a 620 trabajadores. Medidas rechazadas por la parte social.

La empresa no concretó su propuesta, pero como mínimo la próxima semana planteará 62 despidos, ya que la normativa establece que un ERE debe contemplar un número de afectados que suponga por lo menos el 10% de la plantilla.

Los trabajadores tendrán que esperar al martes 19, día en que la dirección entregará la documentación del expediente con el número de puestos perjudicados al comité y dará inicio al periodo de consultas que se extenderá durante un mes. Al mismo tiempo la dirección y el comité, compuesto por siete delegados de CCOO, cuatro de UGT, tres de LAB, dos de ELA y uno de CGT, deben acordar la renovación del convenio, cuya vigencia expiró el 31 de diciembre. La dirección propuso ayer congelación salarial, doble escala para las nuevas incorporaciones, incrementar la jornada en ocho días, crear una bolsa de flexibilidad de 80 horas, y facilitar la subcontratación y la entrada de ETT.

“Debemos tomar medidas urgentes para asegurar que la planta continúe siendo competitiva en un sector tan desafiante como es el de la automoción y evitar así su cierre”, detalló TRW. El director de la planta, el inglés Paul Parnham, justificó estas medidas porque “las ventas siguen cayendo debido a los cambios en la tecnología de dirección, es decir, los engranajes hidráulicos -producto que supone el 70% de la actividad de la planta- están siendo reemplazados por sistemas de dirección eléctricos, debido a sus beneficios ambientales y funcionales -que aglutina el 30% de la producción de TRW en Landaben-”. Además, “varios contratos que finalizan próximamente no van a ser renovados, y persiste la presión sobre los precios de mercado, por lo que, en las condiciones actuales, la planta no es capaz de ganar nuevos clientes”.

En su cartera, TRW ha contado con VW, Seat, Skoda, Renault, Fiat, Ferrari, Ford, Scania o DAF. El 27% de la plantilla directa de taller trabaja para las direcciones de camión y el resto, para el automóvil.

El máximo responsable de la planta, que lleva un año en este cargo, reconoció el esfuerzo de la plantilla para reducir costes en los últimos tres años, después de firmar en 2013 un convenio con congelación salarial y la supresión de 65 puestos de trabajo. Sin embargo, Maciej Gwozdz, vicepresidente de operaciones europeas de ZF TRW, indicó que “a pesar de los cambios tras ese pacto para ahorrar, la planta de Pamplona continúa sufriendo pérdidas”.

El comité rechazó los recortes propuestos por la compañía y realizó ayer asambleas en los tres turnos. La plantilla secundó paros de dos horas para asistir, de 12.00 a 14.00; de 14.00 a 16.00; y de 22.00 a 24.00 horas, según informaron fuentes sindicales. El presidente del comité, Josi Álvarez (CCOO), señaló que los sindicatos se reunirán hoy para analizar las medidas a adoptar y “seguir dando pasos” contra el ERE.

las reacciones El secretario general de Industria de CCOO, Chechu Rodríguez, destacó que “las medidas clásicas de corte capitalista hacen complicada la negociación”. Así dijo que “la empresa ha hecho efectivas algunas inversiones”, pero que no ha cumplido con todo lo pactado en el anterior convenio: “Traer nuevos productos y aumentar la producción”. Lorenzo Ríos, secretario general de MCA-UGT, indicó que no quieren que se ejecute ningún ERE y abogó “por la búsqueda de soluciones conjuntas en un contexto en el que se hable de futuro con inversiones, con más actividad y empleo”. El responsable del Metal de LAB, Aitor Elizalde, manifestó que “estos planteamientos son más de lo mismo, ya que se mantienen las políticas de las multinacionales, ganar más dinero a costa de los trabajadores”. Elizalde apostó por “la pelea para evitar despidos y conservar las condiciones laborales”. Y el responsable de Industria de ELA, Jokin Arbea, explicó que “el origen de los despidos no es otro que la mala gestión empresarial de TRW en los últimos años. Mala gestión, ya que pese a los esfuerzos de la plantilla, no se ha traído la carga de trabajo y futuro que garantizó para diez años”.

un 30% de rebaja o 353 a la calle

Al final se suprimieron 65 empleos y se congelaron salarios, pero no se presentó un ERE. Hace tres años el comité se topó con una situación parecida. La dirección planteó una rebaja del 30% en los costes salariales, con un ahorro de doce millones, para hacer competitiva a la planta a la hora de recibir adjudicaciones de nuevos productos. De no acometer esa rebaja, los directivos anunciaron que la fábrica no recibiría carga de trabajo y que sobrarían 353 empleados. Finalmente este proceso concluyó con la supresión de 65 puestos de trabajo, a través de bajas voluntarias, prejubilaciones y recolocaciones, además de una congelación salarial.

Propuesta de TRW para el convenio. La dirección planteó ayer a la parte social ocho días más de jornada, una bolsa de flexibilidad de 80 horas, aplicar la doble escala salarial para las nuevas incorporaciones, eliminar el quinto quinquenio de antigüedad, prolongar la congelación salarial de los últimos años, facilitar la subcontratación e introducir las empresas de trabajo temporal.

Eventuales. El sindicato ELA indicó ayer que “durante 2015, TRW ha mantenido aproximadamente una media de cien trabajadores eventuales en la factoría”.

Posible huelga indefinida. El comité se reunirá hoy con la plantilla en asamblea para decidir las posibles acciones a realizar como respuesta a las medidas anunciadas. La huelga indefinida se baraja, dijeron fuentes sindicales.