En la carrera por exprimir el viento, por hacer de la eólica la más rentable de las fuentes de energía, la innovación sigue marcando el camino. Y Nabrawind, una empresa navarra que cuenta ya con 18 empleados y que se encuentra participada por Sodena, dará el mes de enero un paso importante en su trayectoria, que busca mostrar nuevas soluciones para construir aerogeneradores más altos y eficaces sin hacer de la logística una pesadilla: comenzará a instalar en Eslava una de las torres más altas del mundo (160 metros) con un novedoso sistema que permite izar un aerogenerador hasta una altura cercana a los 200 metros.
Llegar más alto, construir aerogeneradores de mayor envergadura no es ningún capricho, responde a lo que demanda el mercado. Dentro de una década, uno de cada cuatro molinos que se fabriquen en el mundo superará los 120 metros de altura y la razón es sencilla. Con las mejores ubicaciones para los parques ya ocupadas, la eólica busca nuevos emplazamientos que, o bien se encuentran en lugares remotos, de acceso muy complicado, o bien en zonas de llanura, donde hay que elevarse en mayor medida sobre el suelo para encontrar viento. “Nuestra solución es una torre híbrida”, dice Ion Arocena, responsable del proyecto en la empresa navarra, fundada hace tres años y medio. Arocena, ingeniero industrial por la Universidad Pública de Navarra, destaca que la solución de Nabrawind es más rápida y económica que las torres de hormigón empleadas hasta el momento para construirlas. “Estamos hablando de un peso de unas 1.500 toneladas frente a las 350 de nuestro modelo y de unas dos o tres semanas frente a tres o cuatro días”. Y cada día que se lima al montaje es dinero ahorrado, por ejemplo, en el alquiler de una grúa.
El objetivo de este proyecto es validar en un prototipo real el novedoso diseño de torre y su proceso de montaje, que prescinde de las grúas de gran tamaño y coste empleadas en la actualidad. Una vez montado, el prototipo servirá para realizar lo que se denomina un “ensayo de fatiga” que, básicamente, consiste en reproducir en tan solo seis meses la vida real que soportaría el aparato durante 25 años de funcionamiento y de este modo validar su durabilidad. “Con este ensayo contrastaremos de forma acelerada la prestación de la torre en situación de funcionamiento, lo que permitirá mejorar la fiabilidad de la estructura y minimizar cualquier riesgo técnico ya desde las primeras preseries”, dice Ion Arocena. Esto se consigue mediante un novedoso sistema que genera cargas en la parte superior de torre, haciéndola oscilar de manera controlada para simular de forma acelerada la situación de la torre con el aerogenerador en funcionamiento. Este método de ensayo, nunca realizado hasta la fecha en una torre eólica, se ha concebido en el proyecto Neva, realizado en colaboración con Cener y financiado con fondos Feder.
La principal peculiaridad de Nabralift (nombre comercial de la estructura diseñada por Nabrawind) radica en su sistema de montaje, un novedoso proceso de autorizado mediante dispositivos hidráulicos en el suelo, patentado por esta empresa navarra, que permite elevar la torre completa introduciendo módulos por la parte inferior. Este procedimiento supone un gran avance para la logística del transporte y montaje de la torre, ya que al estar compuesta por elementos de menor tamaño no requiere ni camiones ni grúas especiales.
tecnología navarra El aspecto final del aerogenerador tiene poco que ver con el pirulí al que estamos acostumbrados. La torre única convencional es sustituida por tres columnas atornilladas que distribuyen la carga en forma de una celosía como la que se observa en la imagen superior. La prueba será esencial, además, para convencer a los fabricantes del sector con vistas a lograr los primeros acuerdos comerciales en 2018. Una vez comprobado su funcionamiento, el objetivo de Nabrawind es convertirse en fabricante y para ello ha ido llegando a acuerdos con empresas locales: de la celosía se encargará una empresa de Lekunberri y de la transición, otra de Lakuntza. “El objetivo es fabricar para todos los mercados que podamos atender, porque este tipo de aerogeneradores se van a montar en todo el mundo”, dice Arocena.
Los problemas de logística que generan los grandes aerogeneradores con comunes en todo el mundo. Y afectan tanto a las torres como a las propias palas, cuyo transporte obliga a cortar autopistas durante. “Esto también tiene un coste importante en Alemania”, por ejemplo.
Para reducir el tamaño de las palas, Nabrawind, integrada por ingenieros con experiencia en algunas de las empresas más importantes del sector eólico, ha retomado una antigua idea de fabricantes: la pala modular, que simplifica la logística y que permite ensamblar dos o más piezas mediante un complejo sistema de atornillado capaz de soportar una tremenda tensión. “Se trata de proyectos complementarios”, explica Arocena, quien confía en que Nabrawind pueda firmar acuerdos comerciales para sus pallas modulares también para el próximo año. El proceso de validación del prototipo se realizaría también de la mano de Cener.
Eneko Sanz, director general de Nabrawind, destaca que tanto la tecnología de las palas como la de las torres han sido certificadas por Make Consulting, consultora líder del sector a nivel mundial, como “dos de las tecnologías capaces de revolucionar la industria de la energía eólica”. Probar sobre el terreno los prototipos dará a la empresa la credibilidad necesaria para comenzar a fabricar. Será la culminación de un proyecto que arrancó hace tres años y medio, de la mano de Odilon Camargo, consultor brasileño especializado en energía eólica y que contactó con ingenieros navarros para desarrollar aerogeneradores completos con tecnología adaptada al régimen de vientos de Brasil. De aquella idea inicial ha surgido hoy una empresa en crecimiento y por la que apuesta Sodena para innovar en los sistemas de fabricación eólica.
Patentes. Desde su inicio y hasta la actualidad, Nabrawind ha presentado 14 solicitudes de patentes internacionales, hecho que convierte a esta empresa en una de las más prolijas de España en este tipo de patentes.
Torre de 160 metros Hasta hace dos meses, la torre más alta del mundo medía 166 metros, y desde hace un mes está en funcionamiento , también en Alemania, otra de 173 metros, 13 más que la que se montará en Eslava.