La plantilla de TCC (villavesas) decidió en las últimas elecciones sindicales dejar sin mayoría a UGT y CCOO. Esta decisión no debió de sentar muy bien en estos sindicatos, que respondieron firmando con la dirección un convenio en minoría. Se trata de una actuación grave y antidemocrática, pues no respeta lo decidido por la plantilla en TCC.

UGT y CCOO han roto una de las reglas del juego más importantes del sindicalismo: el respeto a la mayoría sindical. Los votos son los que determinan la representación sindical en las empresas y, nos guste o no, deben ser los que marquen las reglas del juego.

En cambio, cuando el propósito es firmar los acuerdos que la empresa quiere, la voluntad de la plantilla no importa para UGT y CCOO. ¿Por qué no cuentan que acaban de condenar a muchos y muchas trabajadoras a no tener vacaciones con sus familias en verano? Se les ha olvidado contar que los nuevos contratados van a tener un fin de semana de fiesta de cada diez, mientras que el resto tenemos uno de cada dos...

Se les olvida contar que las nuevas contrataciones son indefinidas, pero no por el acuerdo de UGT y CCOO, sino porque sus contratos están en fraude de ley, y la Inspección de Trabajo ya sabía que esta situación contractual era ilegal. Así, en este viaje la empresa encuentra a los firmantes necesarios y sin escrúpulos para empeorar las condiciones laborales y de vida de estas personas. ¿Cómo? Haciéndoles trabajar las horas que haga falta, sin tener vacaciones en verano, ya que expresamente se recoge que no podrán tener vacaciones en los meses de junio, julio, agosto y septiembre. Solo van a disfrutar un fin de semana de cada diez, y tienen que trabajar todos los viernes y sábados de noche a cambio de un contrato indefinido al 80% de la jornada: UGT y CCOO les condenan a ser trabajadores y trabajadoras de segunda.

Por otro lado, el actual pliego garantizaba a TCC el cobro anual del IPC y la empresa durante 3 años ha tenido retenido ese dinero que pertenece a la plantilla. Es decir, la subida salarial firmada es solo un traspaso del dinero que era nuestro. Y cuando UGT y CCOO dicen que la mayoría de la plantilla ha firmado el convenio, hacen suyo el chantaje de la empresa. No cuentan que para cobrar esa subida salarial, los convenios firmados en minoría -como éste- obligan a que cada persona deba pasar por las oficinas a firmar. Si no, se queda sin subida. ¿Eso es un apoyo a la firma del convenio o la aplicación de un chantaje a la parte más débil, que es la trabajadora?

ELA, LAB y ATTU hemos decidido oponernos a este mal acuerdo, plantarnos y trabajar por un acuerdo que no discrimine a nadie. Las condiciones totalmente precarias a las que acaban de someter al colectivo más débil de la empresa, los eventuales, no son aceptables para nuestros sindicatos.

Los resultados en las elecciones en TCC dijeron que el modelo que quería la plantilla no era el sindicalismo de seguidismo a los intereses de la empresa, pero está claro que a UGT y CCOO la democracia y los resultados de las elecciones les trae al pairo. Posiblemente, hay que buscar la explicación en la deuda que UGT y CCOO mantienen con la empresa. No es ningún secreto que la mayoría de las personas eventuales entraron a la empresa con el carnet sindical de UGT y CCOO y, claro, la empresa tenía que cobrárselo.

La plantilla de TCC tiene que reaccionar frente a los intereses coincidentes de UGT/CCOO y la empresa, que tapan siempre las miserias laborales aplicándoles a las nuevas contrataciones las peores condiciones de trabajo.

Estamos en una empresa que no se puede deslocalizar, que siempre va a hacer falta aquí, y convenio tras convenio, el beneficio solo lo obtiene la empresa. La plantilla de TCC llevaba años trabajando por otra mayoría sindical. Ahora que lo hemos conseguido, toca defenderla. Por eso, estos días iremos a la huelga contra las posturas antidemocráticas de UGT y CCOO, y por la mejora de las condiciones laborales de toda la plantilla de TCC.

El autor es responsable de ELA-Zerbitzuak de Transporte