Vitoria - Pocas cosas hay más vitorianas que el As de Oros de la baraja de Fournier. Un prestigioso símbolo de notable renombre internacional cuya capacidad de exportar la marca Vitoria acumula, casi, 150 años de carrera. Presente en 75 países y más de mil casinos de todo el mundo, Fournier es la referencia española del naipe -su cuota de mercado es del 95%- y también un gigante internacional a pesar de su dimensión capaz de fabricar hasta 18 millones de barajas al año, unas 13.000 a la hora. Un embajador de altura, en definitiva, culpable de que al menos 600 millones de personas toquen cada año alguna de las barajas que fabrica con pura artesanía en su planta de Gojain.

Bajo estas coordenadas, el liderazgo de la compañía alavesa en su sector nunca había estado en entredicho en su siglo largo de vida, sin embargo, la irrupción en los últimos tiempos del juego digital y la caída de las ventas en nichos de mercado tradicionales para Fournier como las cajas de ahorro, obligó a sus dueños a replantearse el modelo de negocio. Así, el holding americano Newell Brands, dueño de la empresa alavesa desde 2016 y propietario de más de 200 compañías de productos de consumo en varios países, inició un severo plan de ajuste que, entre otros, apostaba por la venta de al menos una decena de sus marcas, entre ellas Naipes Fournier.

La falta de un comprador sólido unido a la ausencia de noticias o la publicación de otras que advertían de forma errónea de la llegada de despidos e incluso un posible cierre de la factoría alavesa generaron en este periodo un clima de incertidumbre entre la dirección y la plantilla que en la madrugada del pasado martes, hora americana, pasaron a mejor vida.

sensación de alivio Fiel al estilo corporativo que marca la dirección de Comunicación de este fondo, Newell Brands anunció sin muchos alardes la venta de Naipes Fournier al grupo belga Cartamundi por una cantidad que no fue desvelada por ninguna de las partes y que, si todo transcurre en tiempo y forma, se cerrará en la segunda mitad de 2019, sujeto a las condiciones de cierre habituales, incluidas las aprobaciones regulatorias.

Conocida la noticia, la sensación de tranquilidad alivió a los 60 trabajadores y ejecutivos que en estos momentos conforman la plantilla de Fournier en Vitoria, pues la llegada del fabricante europeo asegura no solo la continuidad del modelo de negocio -él también es fabricante de cartas, al contrario que Newell Brands - y las futuras acciones que ambos llevarán a cabo en favor de ampliar su cuota de mercado, sino que la permanencia de la plantilla está garantizada, según advirtieron ayer fuentes de la empresa.

El acuerdo de integración en Cartamundi Group también incluye a The United States Playing Card Company (USPC), la segunda pata sobre la que Newell Brans se apoyaba en el sector del naipe, en este caso en Estados Unidos. La venta de estas dos unidades de negocio, por tanto, permiten a Cartamundi consolidarse como el líder mundial absoluto de naipes. En una nota de prensa consensuada con Naipes el CEO de la firma belga, Stefaan Merckx, se mostró “entusiasmado” con la operación, que enmarcó en una estrategia de colaboración y crecimiento junto a sus dos nuevos socios. “USPC/Fournier es un grupo de renombre mundial y, como nosotros, tiene una pasión por sus productos y consumidores. Los segmentos en los que operan son perfectamente complementarios a los nuestros”, señaló el ejecutivo.

Según la hoja de ruta prevista para los próximos años, Cartamundi quiere expandir su alcance geográfico a través de nuevos países y canales. Según fuentes del sector, la adquisición supone un paso lógico, ya que Fournier y USPC son líderes en los segmentos de naipes para cardistry, magia, naipes de casino y naipes especializados. La compañía resultante de la compra empleará a 2.500 personas y contará con 13 fábricas de vanguardia distribuidas en cuatro continentes. “Los consumidores de diferentes regiones tienen diferentes necesidades, de modo que la mejor manera de servirlos es confiar en el conocimiento y la experiencia de nuestros equipos locales”, concluyó Stefaan Merckx.