pamplona - Ha tardado ocho meses, los que la empresa de reparto a domicilio Glovo lleva funcionado en Pamplona, pero ya está aquí. El sindicato LAB anunció ayer que ha registrado la primera denuncia en Navarra contra esta compañía por el empleo de falsos autónomos, sumándose así a la cascada de denuncias que, por las diferentes comunidades, se han presentado reclamando que los trabajadores sean reconocidos como asalariados.

La denuncia lleva el nombre Klemen, afincado en Navarra desde más de tres décadas, y que prefiere no desvelar su apellido. Afiliado a LAB solicita ser reconocido como un empleado por cuenta ajena, en virtud de una serie de evidencias que están siendo aceptadas en numerosas sentencias, si bien no en todas. “Es la empresa la que pone el horario de trabajo y dependemos por completo de su sistema para trabajar, nosotros tampoco ponemos el precio del servicio”, explica Klemen, que comenzó a trabajar en Glovo el 4 de enero de 2019. “Desde entonces -explicaba ayer- no he dejado de trabajar ni un solo día, aunque sea un par de horas”.

Berta García, del sindicato LAB, precisaba que la denuncia ha sido presentada ante el Departamento de Trabajo del Gobierno de Navarra, que ha convocado una conciliación con la empresa para finales de mes. “A partir de ahí se tomaría la vía judicial”, explicaba la sindicalista. La denuncia, argumentan desde LAB, se basa tanto en el inicio de la relación laboral, cuando “el trabajador firma un contrato con total ausencia de negociación de las condiciones, como la herramienta indispensable para realizar el trabajo, que es la aplicación del móvil, mediante la cual la empresa controla absolutamente la relación laboral”. Esta herramienta, entiende el sindicado choca frontalmente con la teórica libertad del trabajador autónomo para la elección de su jornada y horas de trabajo, ya que en la fórmula de puntuación que la aplicación utilizase aprecia la ajenidad del control y la situación de subordinación del trabajador”.

“Yo lo primero que hago cuando me levanto es mirar el móvil y comprobar la puntuación”, explica Klemen. De ello, de mantener la calificación más elevada -número de pedidos entregados, satisfacción del comercio o restaurante cuyo producto se reparte y valoración del cliente-, así como del algoritmo, depende que a un repartidor (rider en inglés) le lleguen más o menos encargos al día siguiente. Un incentivo perverso que, a juicio de LAB, supone la difusión “de la precariedad más salvaje”, que “pasa por encima de todos los derechos laborales de las y los trabajadores, y potencia un modelo de competitividad entre ellos, basado en el “para estar yo mejor, tienes que estar tú peor”.

Klemen, que contaba con experiencia como repartidor y que durante los últimos años ha trabajado en fábricas muchas veces a través de Empresas de Trabajo Temporal, vio en Glovo la posibilidad de trabajar sin los turnos estrictos de una empresa y sin el aliento cercano de un jefe. “Pero al final lo más que llegas a sacar es cinco o seis euros de media a la hora, aunque algún fin de semana puede ser más. Esto me suponía ganar unos 700 euros al mes, aunque hay gente que trabaja diez u once horas al día, incluso 13, y gana mas, claro”, explica Klemen, de 53 años, quien recuerda que el objetivo de la denuncia no es que Glovo deje de operar, sino que “cumpla la Ley”. “Se está produciendo un fraude tremendo a la Seguridad Social, que deja de ingresar mucho dinero por las cotizaciones.

Ninguno de los compañeros de Klemen en Glovo ha decidido secundar la denuncia. La empresa, que no facilita datos sobre su actividad en la Comunidad Foral, se defiende diciendo que la relación se ajusta a la ley y que los trabajadores escogen su horario. Nuria Soto, de ridersxderechos, la plataforma que agrupa a repartidores de Glovo o Deliveroo, no opinaba lo mismo en junio en la charla que ofreció en la librería Katakrak, de Pamplona: “Estas empresas suelen argumentar que, por ser tecnológicas, van un paso por delante del desarrollo de la Ley. En realidad, están un paso fuera de la Ley”.

Más de 120 repartidores en Pamplona. Glovo cuenta ya con alrededor de unos 120 repartidores en Pamplona, donde opera desde noviembre del año pasado. La empresa ha ido creciendo de forma más que llamativa en los últimos meses, con el empuje esencial de cientos de estudiantes, que se han convertido en los mejores clientes de la empresa, que llega, además de a Pamplona, a localidades como Barañáin, Burlada, Villava y Huarte. Decenas de restaurantes, con McDonald’s como socio principal, trabajan ya en Pamplona para esta empresa, fundada en Barcelona en 2015.