pamplona - El sector de vacuno de leche en Navarra ha reducido de 260 a 160 las explotaciones entre 2008 y 2018; pero, a su vez, en ese periodo ha incrementado la producción de 175.422 a casi 242.000 toneladas con 25.990 vacas, según datos del departamento de Desarrollo Rural. El 3 de octubre la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León publicó en el boletín oficial la aprobación del informe ambiental para modificar las normas urbanísticas de la localidad de Noviercas (Soria) para instalar una macroexplotación de 18.500 vacas adultas en producción y su correspondiente recría, promovida por la cooperativa navarra Valle de Odieta, que en la Comunidad Foral ya dispone de una granja en Caparroso con 3.600 reses. Este periódico contactó con la empresa para hablar sobre el proyecto, pero declinó hacer declaraciones.

El pueblo de Noviercas, con unos 150 habitantes y a 90 kilómetros de Caparroso, dispondría de “una explotación de vacuno de leche con capacidad para 18.500 vacas adultas y su correspondiente recría, con una producción de leche anual de 200.000 toneladas, y con una superficie de 120 hectáreas y otras 230 para obtener forrajes y pastos”, detallaba el boletín oficial de Castilla y León. Para ello, la cooperativa tendría que invertir unos 95 millones. Los números que maneja Valle de Odieta se aproximan a los datos del sector de vacuno de leche en la Comunidad Foral, con 25.990 reses y una producción de casi 242.000 toneladas. UAGN y EHNE coinciden en rechazar una explotación de estas dimensiones por las repercusiones negativas en el sector navarro y en el de otros territorios. “El Estado y Europa deben regular el tamaño máximo de las explotaciones como aprobó Navarra. Son proyectos insostenibles desde el punto de vista medioambiental y social, que avalan un modelo industrial, desvinculado del territorio con la concentración de activos y riqueza en unos pocos”, explica el presidente de EHNE, Imanol Ibero.

El presidente de UAGN, Félix Bariáin, manifiesta que “las macroexplotaciones no son la solución para un sector abandonado por la Administración durante muchos años, ya que no ha apoyado iniciativas empresariales surgidas al amparo de las granjas familiares”. Insiste en que “los políticos tienen la llave para impulsar estas macrogranjas que generan problemas de despoblamiento rural al no poder competir los negocios familiares con ellas, y medioambientales”. Ibero añade que “la granja de Noviercas sería una bomba de nitrógeno: la generación de gas metano anunciada no eliminaría el nitrógeno del estiércol, que debido a su cantidad sería el mayor contaminante de las aguas del suelo”.

la situación actual El presidente de UAGN recalca que “este sector es el más reestructurado de la ganadería y agricultura”. Su homólogo en EHNE recuerda que “esta actividad ha afrontado grandes inversiones hasta llegar a un modelo con más cabezas de ganado”. La baja rentabilidad por el litro de leche para el ganadero, debido al precio que abona la industria -Competencia multó este año con 80 millones a varias empresas lácteas por pactar precios en España-, y el uso de este alimento como producto reclamo por parte de la distribución ahogan a estas explotaciones. Por ese motivo, en las últimas décadas han tenido que invertir más y aumentar el número de vacas y la necesidad de insumos externos. “Estamos presenciando la desaparición de explotaciones de pequeño tamaño en el norte de Navarra a pesar de que dispone de un clima y de un forraje de calidad a bajo costo propicio para ellas”, relata Ibero. Entre 2008 y 2018 la Montaña ha pasado de 173 a 112 granjas. En cambio, el sector “se desplaza al sur de la Comunidad en busca de tierra para gestionar purines, fomentando un modelo más industrial”, remarca. El presidente de EHNE propone “regular la cadena alimentaria con precios mínimos en todo el ciclo”.

El presidente de UAGN reitera que “hay que obligar a la distribución a que no use la leche como producto reclamo en los lineales, a 0,58 euros”. Recuerda que su organización ya ha denunciado en las instituciones correspondientes esta práctica que “vulnera toda normativa”. Pero, Bariáin también incide en el papel del consumidor. “No puede rechazar una macrogranja como la de Noviercas y luego comprar un litro de leche por 0,58 euros. El consumidor debe elegir entre un sector que vertebre el territorio, con pueblos habitados que aporten riqueza a la comunidad, o por una o dos explotaciones de gran tamaño que aboquen a la desaparición de caseríos y localidades en las zonas rurales”. Además, la delicada situación del vacuno de leche favorece que el ganadero opte “por el de carne”, concluye Bariáin.