pamplona - El Expediente de Regulación Temporal de Empleo de Volkswagen va tomando forma, aunque se desconozcan todavía los detalles más relevantes. Incluso si será necesario, porque, en realidad, los proveedores italianos de los que depende la planta de Landaben continúan abasteciendo con normalidad y no se han visto obligados a parar la producción por el coronavirus.

Pero hay psicosis, argumenta la dirección de la empresa, que ayer se reunió con el comité para constituir la mesa negociadora del ERTE. En ella, el sindicato LAB presentó dos propuestas para hacer frente a la actual situación. “Proponemos la contratación inmediata de todo el personal necesario para realizar desplazamientos de pausas en los tres turnos para adelantar las producciones que pudieran verse afectadas en el supuesto de falta de piezas”, explicaba el sindicato, que recordaba asimismo el mayor volumen de pedidos del Polo frente al T-Cross. Si tras adelantar producciones no fuese necesario cerrar, LAB plantea cerrar la planta como en agosto.

La segunda propuesta de LAB partía de la base de que fuese necesario cerrar algún día durante el primer semestre. Así, el sindicato pide articular desplazamientos de pausa durante el segundo semestre, una medida que permitiría hacer unos 13.000 coches, la producción de casi diez días de trabajo. “Si hubiese más días serían asumidos por la empresa”, explicó el sindicato, quien rechaza la necesidad de aplicar un ERTE “por una alerta sanitaria” y por “la codicia empresarial” que sitúa los proveedores a miles de kilómetros.

Tras la reunión se conoció la propuesta que han consensuado UGT y Comisiones Obreras, que asume el ERE siempre que se pacten algunos aspectos. Así, los dos sindicatos reclaman el cobro íntegro del salario y de la antigüedad por parte de los trabajadores, además del 70% en los pluses. Junto a ello, buscarán una solución para que la documentación que es necesario presentar por parte de 5.000 trabajadora ante el los servicios de empleo no se convierta en un fenomenal embrollo.

Junto a ello, los dos sindicatos plantean que, en caso de que finalmente se aplique el ERTE y sea necesario recuperar producción, se haga a través de contratos eventuales que permitan articular desplazamientos de pausas. Dentro de lo comité existe sin embargo la sospecha de que, con la economía frenándose, las matriculaciones estancadas o a la baja y el impacto del coronavirus todavía por concretarse, la planta vea rebajadas sus previsiones de producción para 2020, que se sitúan en 306.645 coches.

La mesa quedó constituida con Alfonso Eslava (director de Logística), Jesús Galindo (gerente de Relaciones Industriales), Eduardo Palacios (gerente de Personal Service), José Luis Arruebo (gerente de Administración), Jesús Zorrilla (gerente de Comunicación), Miguel Urdiain (responsable de Relaciones Laborales), Alberto Lázaro (Relaciones Laborales) y Sergio Arteaga e Iñaki Goñi (responsables de Personal Service) como representantes de la empresa. Por parte del comité Alfredo Morales y César Bonel García (UGT). Eugenio Duque y Olga Martínez (CCOO). Igor Peñalver y Fernando Garjón (ELA); Raúl Portillo y Sagrario Izquierdo (LAB); Óscar Añorbe y Antonio Gayarre (CGT) Ignacio Coscolín y Elías Fontériz (Cuadros).