- Quienes más despidieron durante el confinamiento más contrataron en mayo, sobre todo durante la segunda quincena. La construcción y la hostelería, dos actividades con elevada temporalidad que rescindieron los contratos de sus trabajadores en marzo y abril, protagonizaron en mayo los primeros brotes de la recuperación del mercado laboral. Entre ambas sumaron 365 nuevos afiliados, que suponen el 92,5% de los 395 nuevos ocupados en la Seguridad Social.

A ellas hay que sumar el desempeño del empleo agrario, sujeto a una fuerte temporalidad, y que vive en mayo el inicio de las campañas agrarias de primavera y verano. Su actividad fue fundamental para contrarrestar el descenso en el empleo que registraron tanto el régimen general como el de autónomos, que se dejaron otros 248 empleos en mayo y que acumulan una pérdida de 5.262 puestos de trabajo en el último trimestre. Cantidad similar a la creada durante todo el año anterior.

El empleo sigue así el ritmo que marca la desescalada progresiva de la actividad, que en realidad no arrancó hasta mediados de mes. Así, con datos a 31 de mayo, la creación de empleo había acelerado de forma significativa respecto al 30 de abril y casi triplicaba el aumento medio del mes: 1.085 nuevos afiliados. Medido de esta forma supone incluso un dato que invita al optimismo: con una parte relevante del empleo protegido al menos temporalmente por los ERTE, las pequeñas empresas que prescindieron de los temporales volvieron al contratar en la segunda mitad del mes. Sin embargo, sectores como el comercio siguieron destruyendo empleo y actividades como la industria manufacturera permanecieron planas, pese al habitual empuje en este mes del sector agroalimentario.

Porque mayo solía ser un muy buen mes para el empleo en Navarras. Uno de los mejores, de hecho. Desde el final de la pasada crisis, se han creado por término medio unas 3.000 puestos de trabajo, diez veces más que en 2020, cuando el paro subió de nuevo. El desempleo se anota así ocho meses consecutivos de incrementos (695 en el último mes) y alcanzó las 41.137 personas, su cifra más alta desde enero de 2017. En términos de reducción del paro, el último trimestre ha arruinado todo lo conseguido en los tres últimos años en Navarra. Así, durante estos tres últimos meses (mazo, abril y mayo), el paro se ha incrementado en un 21,1% y ha afectado a 7.162 personas más. Y ha acelerado de forma exponencial una tendencia que ya era apreciable antes del confinamiento, cuando la debilidad económica se empezaba a traducir en un aumento del desempleo. De este modo, respecto a mayo de 2019 el paro se ha incrementado en un 31,6%. Es supone 9.874 personas más desocupadas.

El Gobierno de Navarra explicó que "la variación mensual del desempleo por sexo confirma un cambio de tendencia". Se ha dado un mayor aumento mensual del número de mujeres paradas, un 2,5% más frente al incremento del 0,7% de parados en un mes. Tal y como sucedió en la crisis de 2008, y en este caso a pesar de la presencia mayoritaria de las mujeres en sectores estratégicos durante la crisis sanitaria, la fuerte incidencia en sectores como la hostelería o el comercio, hace incrementar el desempleo femenino.

En estos momentos, según la distribución del paro por sexo, el 56,9% de las personas paradas son mujeres frente al 43,1% de hombres. En cuanto a la edad, hay que destacar de nuevo el mayor impacto del desempleo en el colectivo joven. En un mes el aumento del paro de las personas de menos de 25 años ha sido del 7,3% y del 3,2% en el caso de las personas de 25 a 34 años, recordemos que el crecimiento total ha sido del 1,7%. Además, si se tiene en cuenta la variación desde marzo hasta mayo, se ha dado un crecimiento del paro de las personas jóvenes de menos de 25 años del 22,6% y del 15,4% en el caso de aquellas de entre 25 y 34 años, frente al 10,1% total. "Las personas jóvenes son más vulnerables a la caída de la demanda laboral", explicó el Gobierno en referencia a su temporalidad.