- Aoiz late de nuevo con un pálpito común y vuelve a respirar el aire de un ambiente difícil, de impotencia, tristeza y rabia. Esta vez toca sufrir con el anuncio del cierre de la planta de palas de Siemens Gamesa que, de llevarse a cabo, incidirá directamente en el empleo y repercutirá de forma importante en su Ayuntamiento, establecimientos y otros servicios de la localidad y de sus alrededores.

La pérdida de 239 puestos de trabajo, 50 son de la villa o de los valles vecinos de Arce y Aezkoa -el 21% del total de la plantilla-, aboca al pueblo y a la comarca a afrontar otro tiempo de desempleo y desesperanza, que retrotrae a la población a días pasados de lucha por el trabajo: Solano, Cotalsa... y antes que ellas, Sedinsa, Iribarren o El Irati. Y este cierre le lleva, una vez más, a compartir la sensación de que "Aoiz es un pueblo de usar y tirar".

Una mirada al polígono industrial nos devuelve la imagen de las pancartas reivindicativas, cruces con nombres de una plantilla viva, días de huelga, ERE, asambleas y manifestaciones, desde que el 30 de junio la multinacional hizo pública su firme decisión de cesar la actividad en la fábrica de Aoiz.

El comunicado cogió a plantilla y vecindad totalmente por sorpresa, para empezar, al propio comité de empresa, que respondió de inmediato con el absoluto rechazo al argumento empresarial de falta de dimensiones para fabricar palas más grandes. A su juicio, estas razones esconden la verdadera causa de su marcha: "La deslocalización en busca de mano de obra más barata en Portugal o Tánger", ya que sus representantes sindicales, seis delegados de ELA, cuatro de LAB, dos de UGT y uno de CCOO, aseguran la existencia de carga de trabajo hasta septiembre de 2021.

La desaparición de la fábrica de palas de Siemens Gamesa, (actualmente la mayor instalada en el suelo industrial de Aoiz, con una superficie de 80.000 m2, el 40% del total), dejará el polígono desierto, con una única gran empresa, Neinsa (Navarra de Estampación e Inyección, SA), que cuenta con unos 90 trabajadores, la mitad de Aoiz y de la comarca. Junto a ella, quedan tres pymes, pequeñas empresas, como Hexacomb SA, la agoizka Construcciones Leache (con más de 30 años en el polígono) e Ilpea SA, dedicada a los embalajes.

Esta sería toda la producción y empleabilidad en el desmantelado espacio industrial. "Neinsa ya se llevó una parte de su producción a Urroz-Villa, pero al menos se quedó en la zona", apunta Juan Pablo Itoiz Ibáñez, concejal de Turismo e Industria del Ayuntamiento de Aoiz. En su corto recorrido, la covid-19 y el anuncio del cierre de Siemens Gamesa casi no han dejado aterrizar a la nueva corporación.

"Han sido dos cuestiones imprevisibles que se han solapado y de gran repercusión, sobre todo esta última, para la problemática de Aoiz y de la comarca. Pero habrá que darle salida", manifiesta el alcalde, Ángel Martín Unzué. Curtido en anteriores conflictos laborales (vivió en carne propia la liquidación de Cotalsa en 2011) , trabaja al frente del Ayuntamiento que preside vinculado al comité de empresa y la corporación al completo se puso a su disposición desde el minuto uno. Unzué subraya que su preocupación va más allá de la deslocalización de la planta de palas. "Es el cierre y también el problema de la comarca, porque el índice de paro y la despoblación ya existe aún con Siemens Gamesa en Aoiz, así que sin ella, el problema va a ser muy serio".

El alcalde ha trasladado personalmente a la presidenta del Gobierno, María Chivite, y al consejero de Desarrollo Económico y Empresarial del Gobierno foral, Manu Ayerdi, la frustración y el abandono al que han sometido a la villa los sucesivos ejecutivos, y a este le pide en nombre del pueblo y de la zona "que pase a la acción. "Ya no basta con buenas palabras. Gamesa fue la compensación porque nos colocaron el embalse de Itoiz. Prometieron hasta 500 puestos de trabajo y la vendieron como solución para la comarca. Ha llegado la hora de que el Gobierno se implique y en los encuentros de esta semana, exigiremos que reviertan la decisión empresarial y un compromiso verdadero con la situación de nuestros pueblos", concluye.

Para Carlos García Pascual, agente de desarrollo de Cederna-Garalur, y con 28 años de trabajo presencial en la zona, la trayectoria del polígono se trata de un proceso de desertización. Considera que "entre traslados y cierres, tenemos un suelo industrial infrautilizado con naves vacías que alojaron a otras firmas como Cotalsa, Tainsa, Propitex, o Solano, también deslocalizada. El polígono se resume a unos pocos emprendedores locales que han aguantado el tipo". Añade García desde su experiencia que no es un problema de localización en Aoiz. "Al Ayuntamiento no le falta impulso, ni al pueblo ganas", y afirma que reman unidos en la misma dirección: a favor del trabajo, de una comarca viva y en contra de la despoblación.

Todos los agentes implicados coinciden en que la repercusión del cierre de la multinacional es potente: agravaría el desempleo en una zona donde el paro llega al 13,66% frente al 9,69% de Navarra. Además, acentuaría el problema de la despoblación en el Prepirineo con una densidad de 7,7 habitantes por km². La incidencia se multiplica si sumamos a la pérdida de los 50 puestos de trabajo, los alquileres que suponen en Aoiz, según el agente de desarrollo.

Por su parte, el concejal Juan Pablo Itoiz significa la repercusión en las arcas municipales. "Siemens Gamesa representa ahora mismo el mayor ingreso de IAE (Impuesto de Actividades Económicas), la contribución, consumo de agua para la Mancomunidad, y todo lo que se relaciona con una gran empresa". Carlos García lo resume de este modo: "Las consecuencias son graves, y colocan al territorio en una situación muy comprometida".

La deslocalización industrial y la localización de los recursos propios para generar riqueza exógena "es la dicotomía a la que asistimos", mantiene el agente de desarrollo. Él es de la misma opinión que el Ayuntamiento, actual y anterior, y sostiene la misma convicción del pueblo que siente que "Aoiz y la comarca han cumplido". Han aportado, sufrido y pagado un precio muy alto con gran coste social, y soportan Itoiz . Todo para crear riqueza en otra zona de Navarra, y por eso la comarca reclama la debida solidaridad .

"Es justo ceder la mano para dar y recibir", sintetiza Carlos García, mientras resalta el binomio Itoiz-Canal de Navarra, desde donde se deriva la deuda contraída con el territorio y que no se ha dado, tampoco, recuerda, según el Plan de Compensación y Restitución del Embalse.

Aoiz siente que la historia se repite. De un esplendoroso pasado industrial de la primera mitad del siglo XX (El Irati, SA), ha llegado a la decadencia y a ser objeto de políticas que han debilitado a la villa y sus recursos, con un polígono que nunca estuvo a pleno rendimiento.

Su huella industrial influyó en la elección por el Gobierno de Navarra en los primeros años de los 70 a la hora de instalar el polígono. Tras una trayectoria de traslados y cierres hoy es un lugar desmantelado con cantidad de suelo industrial en manos financieras, adquirido en su posterior ampliación. Este hecho apuntan el concejal y el agente de Cederna a una posible intervención del Gobierno. "Tal vez podría comprar a entidades financieras a precio competitivo y hacerlas productivas, no ya para grandes empresas, si no para promover iniciativas de emprendimiento que apuesten por la comarca y fijen población", exponen.

Es lo que hicieron trabajadores de Tudela, Olazti, Altsasu, Albacete o Portugal, cuando acudieron a la planta de Aoiz después de ver cerradas en sus lugares de origen las fábricas de la multinacional.

Han vivido una década compartiendo puesto de trabajo, coche, comedores e incluso, pisos. Viven y consumen en establecimientos locales contribuyendo a fortalecer el tejido vecinal, y por eso aumenta la pena colectiva.

En Ekai, Isabel Leache Goñi, propietaria del hotel que lleva el nombre del lugar, recuerda bien el impacto el día que se corrió la voz del cierre. "Justamente habían comido varios aquí y se acababan de ir. No nos lo podíamos creer". Lo lamenta y opina que "responde al típico funcionamiento de las multinacionales, que tratan a las personas como números; hacen su inversión millonaria, reciben por ello grandes subvenciones y no les importa el resto". Como gerente, siente la pérdida a nivel económico. "Tenemos habitaciones y damos desayunos y comidas a los trabajadores. Lo vamos a notar". Pero también a nivel emocional, por las buenas relaciones que se han generado en su hotel.

A Isabel le gustaría equivocarse cuando piensa que no hay vuelta. Se muestra escéptica. Y es que 24 años de experiencia en hostelería han dado para muchos cierres.

En el céntrico restaurante Beti Jai, Nerea Iturria Huerta comparte su pesar. "Es terrible volver a vivir el cierre de una fábrica y la pérdida del trabajo y planes de vida de vecinos y de personas que apostaron por venir y se ven de nuevo en la calle en una edad difícil para recolocarse".

En su restaurante, se han realizado reuniones y almuerzos de trabajo y se han alojado en el hotel ingenieros de Siemens Gamesa en sus viajes a la empresa. Sin embargo, estos días sus paredes recogen las perspectivas laborales rotas y el miedo a lo que vendrá. "Hay personas que sufren un doble palo. Lo sentimos por nosotros y por los trabajadores que son parte de la vida de Aoiz. Las formas y los medios tampoco han sido los adecuados, y las razones empresariales no convencen", declara Nerea.

Procedente de Rumanía, Valentín Vasile Petrea trabaja desde 2003 en el hostal y restaurante Itsasoenea en la plaza del Mercado, que regenta desde 2013. Tiene por clientes y vecinos a trabajadores afectados , y en su bar han cuajado también las relaciones. "Lo siento mucho. Después de lo que hemos vivido -en referencia a la crisis de 2008- este golpe nos deja en una situación crítica. "En la barra todo el mundo habla de Gamesa", dice, a cuyos trabajadores debe el 10% de su caja mensual. Pero "es más que eso", insiste, al tiempo que responsabiliza al Gobierno. "Que exija el cumplimiento y el pago del dinero que le dio a la empresa, como nos exige a nosotros, a los autónomos".

Al frente del Covirán en la plaza Mendiburua, Antonio Vidondo Ilincheta muestra su desilusión y no termina de creerse los argumentos esgrimidos por la empresa. "Nos repercutirá. Si hay trabajo, hay dinero y se consume más. Cuesta mantener los servicios en el pueblo. Pero nos afecta también por el trato que tenemos con los trabajadores".

Detrás de su mostrador, Damián Huarte Pozueta lo tiene muy claro: "Nos siguen engañando desde que nos hicieron el pantano. Nos han dejado sus migajas y nos han convertido en un pueblo de servicios. Pienso que todo está premeditado y lo siento por mis clientes afectados, que son fieles a mi pequeña tienda de barrio".

El cierre también repercutirá a nivel inmobiliario. Calcula Carmen Cosín Reta, de la oficina Grupo Izaga, que dejará vacías 20 viviendas, con la equivalente falta de ingresos de sus arrendatarios (unos 5.400 euros al año). Esto es para ella "una nueva estafa a Aoiz y a Navarra y otra mentira".

La compensación paliativa por la pobreza que Itoiz ha dejado en Aoiz y la comarca anuncia ahora que se va, once años después de abrir y tras recibir millones del erario público.

"Lo vamos a notar mucho a nivel económico y emocional"

Hotel Ekai

"Que el Gobierno haga cumplir a la empresa como nos hace pagar a los autónomos"

Restaurante, bar, hostal Itsasoenea

"Es terrible volver a vivir el cierre de una fábrica, la pérdida del trabajo y de planes de vida"

Restaurante Beti Jai

"Las consecuencias son graves y colocan al territorio en una situación comprometida"

Agente de desarrollo local de Cederna

"La repercusión para el empleo y las arcas municipales es muy grande"

Concejal de Turismo e Industria

"Lamentamos el cierre y sentimos la pérdida de empleados con los que tenemos trato"

Propietario del supermercado Covirán

"Nos siguen engañando desde Itoiz, todo está premeditado y solo nos dejan las migajas"

Comerciante de una pequeña tienda