- Los beneficios fiscales se encuentran en el punto de mira de Hacienda. En el Estado, donde la Airef ha publicado recientemente un informe en el que insta a revisarlos, y en Navarra, donde se va a mirar con especial detalle el régimen del Impuesto de Sociedades, una figura que ha perdido desde 2007 gran parte de su capacidad recaudatoria y que se encuentra literalmente agujereada por distintos ajustes, bonificaciones y deducciones para los que se ha presupuestado este año más de 122 millones de euros.

Lo excepcional del actual ejercicio hará que la cifra de cumplimiento de estos beneficios seguramente no se cumpla. Pero su volumen supone, en un año corriente, una merma cercana al 50% para un impuesto destinado a gravar los beneficios empresariales y que en Navarra recaudó en 2019 unos 274 millones de euros, la cifra más alta de los últimos años, pero apenas un 1,3% del PIB. Una proporción sensiblemente más baja que en el conjunto de la Unión Europea (2,7%) que en el Estado (2,5%) e incluso que en la Comunidad Autónoma Vasca.

Esta menor presión fiscal efectiva a las empresas tiene poco que ver con los tipos teóricos, que generan ruido político, ocupan titulares y tienen su importancia, porque fijan el marco general en el que se mueve un territorio. Unos tipos altos parecen dibujar un lugar poco amable para la actividad empresarial, cuando en absoluto reflejan la realidad final. Algo así sucede en Navarra, donde los tipos son similares a los del Estado, -algo más altos para las grandes empresas- pero con múltiples deducciones. La más importante en cuota, la deducción por inversiones, alcanza los 41,35 millones de euros y se suma a la exención por reinversión (2,3 millones) y la reserva especial (15,1). El impulso a la I+D+i supone 26,27 millones.

La revisión de la eficacia de estas figuras suele ser un argumento recurrente, que este año cobra si cabe mayor importancia ante el desplome de la recaudación. Hasta junio, el Impuesto de Sociedades había recaudado en torno a 28,9 millones de euros, un 35% menos que el año pasado y las previsiones parecen apuntar a una caída a finales de año, al igual que en el resto de las figuras impositivas.

El Gobierno central también tiene intención de revisar otra figura, la de los planes de pensiones, que en Navarra se articulan mediante una minoración de la base imponible y que se traducen en una subvención de más de 34 millones de euros, que apenas se compensa en el momento de disponer de este dinero. Los impuestos que se pagan entonces terminan por ser muy inferiores a un ahorro fiscal que muchos expertos fiscalistas consideran poco justificado.

En total el presupuesto de beneficios fiscales alcanza en Navarra los 1.512 millones de euros, si bien más de la mitad se corresponden con el IVA y el resto de impuestos indirectos, sobre los que la capacidad normativa de Navarra es escasa. La aplicación de los tipos superreducidos y reducidos de IVA, con los que se grava a distintos productos supone, por ejemplo, cerca de 502 millones de euros. En total, los beneficios fiscales equivalían en 2019 a cerca de una cuarta parte de la capacidad recaudatoria de Navarra.

El impacto del conjunto de estos beneficios fiscales es tan elevado que ayuda a explicar una parte importante de la menor recaudación navarra y española respecto a la Unión Europea. "Estamos hablando de unos 60.000 millones de euros, hay margen para trabajar ahí", explicaba hace solo unos días el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, máximo responsable de la Airef hasta el año pasado.

El organismo analizaba en su último informe 13 beneficios fiscales (casi el 60% del total), con un coste recaudatorio de 35.000 millones de euros. Evaluaba uno a uno si cumplen con el objetivo para el que fueron creados y si generan alguna distorsión que haga recomendable su reformulación. Así, la Airef instaba al Gobierno a actuar sobre la reducción por tributación conjunta, los tipos reducidos de IVA, los rendimientos del trabajo, el alquiler de viviendas y los beneficios fiscales de Socimis y Sicav, así como a modificar las ventajas asociadas a los planes privados de pensiones en el marco del Pacto de Toledo.

Planes de pensiones: la Airef pide cambios. Los planes de pensiones, que le cuestan a Navarra unos 33 millones de euros, tienen un coste de 1.635 millones en el conjunto del Estado. La Airef considera que no cumple su propósito de incentivar el ahorro a largo plazo y plantea su "reformulación completa".

El ejemplo vasco. Escrivá apuesta por desplazar los "muchos privilegios" de los planes privados individuales a los planes colectivos en las empresas (denominados planes de empleo). "Los planes individuales no ayudan a fomentar el ahorro a medio plazo tal y como están diseñados. Es un producto muy reducido y muy caro", explica el ministro, que aboga por incentivar el ahorro en las rentas bajas y medias, algo que no se consigue ahora con esta ventaja fiscal, que utilizan mayoritariamente las rentas altas. "Existe en el Reino Unido y ahí es donde creemos que debe focalizarse y poner el esfuerzo fiscal, a planes de empresas y autónomos", señaló, alabando el modelo que se aplica en el País Vasco, que llega a más personas y logra una mayor pensión.