EHNE defiende la construcción de un solo tubo para llevar agua de calidad a la Ribera a través del Canal de Navarra. El presidente del sindicato, Fermín Gorraiz, y su secretario general, Patxiku Irisarri, y los dos agricultores de la Ejecutiva, Diego Alonso y Antonio Alba, han participado en una rueda de prensa en la sede de EHNE en Pamplona para mostrar su posicionamientos en relación a esta infraestructura: agua de calidad pero no a cualquier precio.
Por ese motivo, han insistido en que apoyan la alternativa de un "tubo, y no dos, como la solución viable desde el punto de vista económico". La primera opción, que incluiría también dos tubos en zonas sensibles o complicadas, por ejemplo cauces de ríos, costaría 220 millones de euros, y la segunda propuesta ascendería a los 373 millones, una diferencia de 153 millones. Los agricultores Diego Alonso y Antonio Alba, de Villafranca y Cortes, respectivamente, han recordado que por ahora "hay peticiones para que 9.000 hectáreas" se abastezcan del Canal cuando las previsiones proyectan 22.000 hectáreas.
"Este descenso en la demanda puede estar motivado, entre otros factores, por la importante inversión a realizar por parte de los propietarios de los terrenos", ha recordado Gorraiz. Optar por una solución u otra suponen "un incremento de coste o de ahorro de 76,5 millones de euros para los agricultores", ha calculado el presidente de EHNE. En la obra de la segunda fase, los regantes deben asumir la mitad del coste, en el caso de un tubo serían 110 millones; y si son dos, 186,5 millones. La diferencia 76,5 millones de euros.
El motivo de la rueda de prensa
EHNE ha convocado esta rueda de prensa después de que la senadora de Geroa Bai, Uxue Barkos, interpelase el 25 de noviembre a la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Sara Aagesen, sobre las soluciones que se están barajando para esta segunda fase. Barkos pidió un estudio para conocer la viabilidad de construir un tubo; y Aagesen contestó que estudiaría la propuesta.
Alonso ha especificado que, teniendo en cuenta la reserva demanial que desde el embalse de Itoiz existe para proporcionar agua a la Ribera, que es de algo más de 117 hectómetros cúbicos al año, EHNE considera que "todo ese volumen se podría transportar en un único tubo, sobrando incluso capacidad para ello, ya que puede trasladar hasta 202 hectómetros cúbicos al año".
Esto le lleva a preguntar cuál es el objeto de un segundo tubo así como si "se está planteando la posibilidad de construir un segundo embalse en los Pirineos", ha manifestado Diego Alonso.
"Beneficio industrial"
Antonio Alba, por su parte, ha expresado que "el empecinamiento en la construcción y soterramiento de dos tubos, así como otro tipo de proyectos faraónicos, caso del recrecimiento del embalse de Yesa, buscan más el beneficio industrial de las grandes constructoras que defender los intereses de agricultores".
EHNE apuesta "por otro tipo de soluciones mucho más prácticas y rápidas para ayudar a la continuidad de futuras generaciones", como balsas colaterales o medidas más inmediatas como la modernización de los regadíos tradicionales.
"Sin embargo, nuestros responsables políticos siguen sin mirar por el bien, ni por la economía común, apostando por una iniciativa que va a trasladar agua a la Ribera a un sobrecoste inadmisible", ha lamentado Alba. En este sentido, ha señalado "al PSN, responsable del departamento de Cohesión Territorial, y al PSOE, desde Madrid, como impulsores de la construcción y soterramiento de dos tubos, una obra poco acorde a la realidad", han reiterado.
"Vergonzosa gestión"
Por su parte, EHNE ha denunciado que en el seno de Canasa se está negociando la posibilidad que la devolución del préstamo expectante se aplace, al igual que los derechos de explotación de las centrales hidroeléctricas asociadas al Canal.
Según el sindicato, el Estado ha planteado al Gobierno de Navarra prorrogar el pago por parte de Canasa de los 77 millones de euros. En un principio estaba acordado hacerlo entre 2027 y 2040, a un interés del 3%. En cambio, Madrid propone ahora retrasar ese compromiso a entre 2055 y 2068. "Es la propuesta que se ha presentado para negociar", han adelantado desde el sindicato.
A ello suma que el Gobierno central ha propuesto que los derechos de explotación de las centrales hidroeléctricas unidas al embalse y canal, que debían ser restituidos a Navarra en 2031, sean ampliados hasta 2068. "Los beneficios de dicha explotación suponen siete millones de euros anuales, una cantidad nada despreciable", ha subrayado Irisarri. 37 años más se traducen en 259 millones de euros.
Por último, EHNE ha apuntado, además, que el 2% obligatorio que el proyecto de soterramiento debe destinar a fines culturales, no está definido. Antonio Alba ha subrayado que el planteamiento del sindicato es que se invierta en la zona aledaña al embalse.