Kutxabank Investment prevé en su informe de estrategia de inversión para 2026 que las economías de Estados Unidos y Europa registren un crecimiento similar al de 2025, con avances del 2% en el caso estadounidense y del 1,3% en Europa, en un contexto de menor tensión arancelaria y mayor confianza en la política fiscal europea.
La firma --antes conocida como Norbolsa-- ha señalado que en Europa existe un "amplio consenso" sobre las perspectivas macroeconómicas de 2026, apoyadas en la política fiscal y con una inflación controlada, mientras que en Estados Unidos el "consenso es más disperso" por las dudas sobre el empleo, el consumo y la productividad asociada a la Inteligencia Artificial (IA).
Posición intermedia
En este sentido, desde la entidad se han declarado en una posición intermedia, anticipando en Estados Unidos un consumo respaldado por los efectos de la ley fiscal de la Administración Trump en la primera mitad del año, el bajo endeudamiento de las familias y la estabilidad de la mora. Con todo, han anticipado una cierta moderación en el mercado laboral.
En política monetaria, la gestora proyecta una normalización de tipos más lenta de lo que descuenta el mercado en Estados Unidos, con una única bajada de tipos en 2026 frente a las dos esperadas por el consenso; asimismo, considera que los cambios en la composición del comité de política monetaria (FOMC) serán claves para la independencia de la Reserva Federal (Fed).
En Europa, la previsión es que los buenos datos de los indicadores de actividad PMI consolidarán la posición del Banco Central Europeo (BCE) en su posición de mantener los tipos de interés en el 2%.
Movimientos más acotados
Con la mira en los tipos a largo plazo, Kutxabank Investment ha indicado que espera movimientos más acotados, con el bono estadounidense a diez años moviéndose en una banda del 4-4,25% por las preocupaciones sobre el déficit público y la posible injerencia política, mientras que el 'bund' alemán se situaría en un rango del 2,5%-2,75%.
Respecto a la estrategia en renta variable, la entidad considera que, pese a unas valoraciones ajustadas, existen numerosos factores de apoyo para la Bolsa europea, especialmente el crecimiento de los beneficios empresariales.
De hecho, el consenso citado por la firma apunta a un aumento del beneficio por acción en Europa del 14% en 2026, apoyado en crecimientos de doble dígito en muchos sectores y en tendencias estructurales como la electrificación, la IA y la defensa.
En este contexto, la entidad vasca ha vaticinado que espera revalorizaciones de la renta variable europea ligadas al crecimiento de beneficios, sin expansión de múltiplos y con un carácter más moderado que en 2025, esto es, con subidas de un dígito.
"Dado los elevados niveles de las Bolsas, optamos por una cartera equilibrada, con cíclicos y defensivos", han circunscrito desde Kutxabank Investment. Dentro de los cíclicos, han mostrado preferencia por infraestructuras e industriales, así como por inmobiliario y tecnología, mientras que entre los defensivos destacan 'utilities', farmacéuticas y telecomunicaciones.
De su lado, han optado por mantener una posición neutral en financieras, lujo, energía y consumo defensivo, en tanto que se han declarado negativos en automoción y retail.
Así las cosas, dentro de su cartera modelo sectorial asoman nombres como TotalEnergies, CaixaBank, BNP Paribas, Axa, Swiss RE, Orange, Deutsche Telekom, Iberdrola, Terna, LVMH, Inditex, ACS, Atlas, Schneider, Safran, ASML, Nemetschek, L'Oreal, Mowi, Astrazeneca y Merlin Properties.
Buen comportamiento a pesar de la incertidumbre global
Centrando la mira en el universo de la renta fija, desde la firma han sostenido que la deuda corporativa de mejor calidad ha mostrado un buen comportamiento a pesar de la incertidumbre global y los episodios de inestabilidad política en Francia.
Por ello, de cara a 2026 se han decantado por mantener su apuesta por el crédito 'investment grade' (grado de inversión) frente al 'high yield' (alto rendimiento) debido a que, combinando el efecto del cupón con el rendimiento asociado al paso del tiempo en un entorno de pendientes positivas, les parece que obtienen una mejor relación de rentabilidad y riesgo. Dentro de esa preferencia por los bonos 'investment grade', han indicado que ven más atractivo el tramo de duraciones de 5 a 7 años.