La cesta de la compra se ha comportado de manera desigual durante los meses de pandemia, y el precio en algunas frutas y carnes ha crecido, con incrementos que llegan al 8%, según COAG.

Sin embargo, el ranking está liderado por hortalizas como la alcachofa y el pimiento rojo, con aumentos de casi el 69% y 20%, respectivamente.

Incluso, en productos como la naranja y la ternera de primera, el valor percibido por agricultores y ganaderos ha descendido durante estos meses; y en cambio ha aumentado el que deben abonar los consumidores, según los datos del Índice de Precios en Origen y Destino de los Alimentos (IPOD) de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) en el periodo comprendido entre marzo y noviembre (últimos datos disponibles).

De esta forma, si los agricultores y ganaderos recibían 0,27 euros por un kilo de naranjas al comienzo de la pandemia, cuando el Gobierno central proclamó el estado de alarma el 14 de marzo; los consumidores pagaban 1,82 euros por un kilo de esta fruta. Una diferencia entre el precio de origen y destino de un 574%. En cambio, el pasado mes, al agricultor se le abonó 0,25 euros por el kilo de naranjas, una bajada que puede deberse a la campaña de recolección; y el demandante abonó 1,97 euros. De esta forma, la diferencia entre origen y destino aumentó al 689%.

Lo mismo ha ocurrido con la ternera de primera, los ganaderos cobraron 3,82 euros por el kilo de carne en canal en marzo por los 15,94 euros que desembolsó el consumidor; en cambio, el pasado noviembre el productor percibía 3,65 euros por el kilo de carne en canal por los 16,04 euros que ofertaba la carnicería.

Durante este periodo, la bajada del precio en origen puede estar justificada por el efecto de la pandemia en las explotaciones ganaderas, ya que se concentró un excedente al cerrar de manera temporal el canal horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías, uno de los más importantes para este sector). Sin embargo, ese descenso del precio en origen no ha tenido una repercusión en la cesta de la compra del consumidor final, que ha tenido que abonar más por esta carne. La diferencia entre precio de origen y destino fue de un 339%.

Otros alimentos como pera, manzana, pepino, ajo, coliflor, champiñón, leche de vaca, cordero, aceite y conejo vieron incrementar sus precios durante estos meses, en una horquilla comprendida entre el 0,63% y el 7,14%.

En cambio otros artículos como cerdo, cebolla, limón, pollo, huevos, pimiento verde, calabacín, patata, zanahoria, lechuga, brócoli, tomate, mandarina, berenjena y repollo han tenido bajadas de entre el 0,17% y el 37%.

LA PANDEMIA TRUNCÓ LA PROTESTA

LA PANDEMIA TRUNCÓ LA PROTESTA

La pandemia del coronavirus apareció en plena protesta de agricultores y ganaderos por los precios que percibían por sus productos en todo el Estado.

Protesta de UAGN y UCAN el pasado febrero en la plaza Merindades de Pamplona. Patxi Cascante

Los profesionales del sector primario salieron a la calle e invadieron con sus tractores carreteras y ciudades para reivindicar precios dignos para sus productos y para defender el mundo rural.

Las organizaciones UAGN y UCAN convocaron a una manifestación el 19 de febrero que fue secundada por más de 3.000 personas y 300 tractores.

Sin embargo, apenas un mes después, el Estado aprobó el confinamiento y las protestas se diluyeron con el coronavirus.

El sector primario se consideró una de las actividades esenciales, por lo que siguieron trabajando pero también padecieron el cierre temporal de negocios a los que suministraban de manera directa, como la hostelería, y repercutió en su actividad e ingresos.

Durante estos meses, el consumidor ha dejado de invertir en ocio y ha aumentado su gasto en la cesta de la compra, según indican informes relacionados con la evolución de las costumbres del consumidor durante los último meses.

Sin embargo, en este periodo el agricultor y ganadero no ha visto corregida su reivindicación de obtener unos precios en origen adecuados a sus gastos, ya que la diferencia entre el precio que perciben por sus artículos y lo que abona el consumidor no ha cambiado, y en casos ha aumentado.

La diferencia porcentual puede llegar al 1.070% de la patata; al 892% de la lechuga; al 842% del brócoli; o al 688% de la naranja, entre otros muchos.