Ya no se trata solo de percepciones. Una pareja de conocidos que ha alquilado el piso de la ciudad y se ha ido a vivir a un pueblo. Ahora también empiezan a publicarse los datos que lo muestran. Durante el último trimestre del año, la compra de casas unifamiliares y adosados creció cerca de un 20% en Navarra respecto a 2019, un crecimiento que reluce en un mercado inmobiliario decaído durante la pandemia y en el que han empezado a cambiar algunas preferencias.

Los datos de los registradores de la propiedad y los que proporcionan las entidades financieras acerca de sus hipotecas comienzan a dibujar una realidad distinta. Un paisaje todavía sin definir, pero en el que ya se aclaran algunos perfiles. Durante el último trimestre del año pasado, se firmaron en Navarra 265 hipotecas sobre viviendas unifamiliares y viviendas aisladas. En el caso de estas últimas es la cifra más alta desde el año 2011 en este periodo y un 23% superior a la registrada en 2019, justo antes del estallido de la crisis del covid. Y, aunque el incremento puede recoger las consecuencias del parón de los meses anteriores, no sucede lo mismo con la venta de pisos, que cae con fuerza: de 889 operaciones hipotecarias en los últimos meses de 2019 a las 700 del final de 2020.

Las firma de préstamos bancarios ofrece pistas claras del comportamiento del sector. Y la estadística que elabora el Colegio de Registradores de la Propiedad ayuda aclararlo. Desde hace apenas dos trimestres, los registradores analizan la proporción que las ventas de viviendas la capital representan respecto al total de la provincia. Y las conclusiones parecen claras: "El peso de las compraventas de vivienda en las capitales de provincia se ha reducido en 38 de las 50 capitales de provincia". Una tendencia que, además, parece más acusada en el caso de las ciudades más grandes (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga, Bilbao, Zaragoza), donde "la evolución histórica constata un predominio de lar reducción de peso relativo, especialmente en los últimos trimestres". Se estaría ratificando, explican los registradores, "una cierta inercia hacia la búsqueda de vivienda en núcleos poblacionales con menor densidad poblacional".

En el caso de Navarra, la estadística pública no permite todavía analizar la serie histórica de un modo fiable. Pero en el último trimestre, apenas el 27% de las operaciones se hicieron en la capital, donde vive el 31% de la población total de la comunidad. La cifra queda asimismo claramente por debajo del 34% que se venía registrando, de media, durante el año anterior, lo que permite deducir que, efectivamente, la periferia gana peso frente a una ciudad que ha revelado su cara más incómoda durante el confinamiento.

Es pronto para saber si la tendencia se va a consolidar", explican los registradores, que entienden que este tipo de decisiones "familiares personales" tan relevantes como la compra de una vivienda requieren de un periodo de maduración algo más amplio. Serán los próximos trimestres los que muestren hasta qué punto se mantienen.

Las inmobiliarias son prudentes todavía a la hora de valorar este fenómeno, pero sí constatan una realidad. "Ha aumentado la demanda de vivienda grande" señalan desde la inmobiliaria Cidenar. En Navarra, además, la preferencia de los consumidores es clara en cuestiones de tamaño: nos gustan las viviendas grandes. Casi tres cuartas partes de las que se vendieron en el último año (el 73%) superaban los 80 metros cuadrados, cuando la media española en esta franja de tamaño se queda en el 52%. Estas viviendas solo representan el 45% de las que se venden en la CAV y en Aragón. Y apenas el 61% en La Rioja.

142

Entre las viviendas adosadas y unifamiliares, buena parte de las cuales se ubica en las proximidades de la capital, el crecimiento en el cuarto trimestre es relevante y pasa de 125 a 142.

123

Más importante es si cabe el aumento de las casas aisladas, muchas de ellas en pueblos, que pasa de 99 a 123.

Baja un 12,5%. El menor interés relativo por las viviendas en la capital tienen también su repercusión en el precio, según el estudio que realizan trimestralmente los tasadores inmobiliarios de Tinsa. Los datos del cuarto trimestre de 2020 muestran que la caída de precios media en Navarra alcanzó el 7,2% respecto al mismo periodo del año pasado, el descenso más acusado desde el segundo trimestre de 2013, en plena recesión. Esta caída prolonga la que ya se observó durante el tercer trimestre del año y es muy superior en el caso de las operaciones de compra-venta realizadas en Pamplona, donde los precios se redujeron un 12,5%, su mayor caída en ocho años. El precio del metro cuadrado en la capital se quedó en 1.524 euros por metro cuadrado, muy lejos de los máximos de hace un año (1.821) y, por supuesto, de los que se registraban en la cresta de la ola inmobiliaria (2007), con 2.820 euros.