uando todo se derrumbaba y el miedo entraba en los hogares desde la pantalla del televisor, decenas de miles de trabajadores mantuvieron la llama. Cuidaron, atendieron y se jugaron la vida por los demás, abrieron las tiendas, curaron en los hospitales, limpiaron, acompañaron a quienes morían separados de sus familias en las residencias y en las UCI desbordadas de marzo y abril de 2020. El año del virus y de trabajadoras esenciales -porque la mayoría fueron mujeres- como Itziar Pérez Sola, del Servicio Navarro de Salud, y Carmen Uriz, del Servicio de Atención Domiciliaria (SAD) del Ayuntamiento de Pamplona. Ayer les tocaba reivindicarlo.

“Hablar este 1 de mayo en nombre de las trabajadoras y trabajadores que han sido y hemos sido esenciales durante esta terrorífica pandemia, da un poco de reparo. No fue algo que elegimos nosotras, sino las circunstancias en las que nos vimos envueltas”, explicó Itziar Pérez, quien recordaba la “incertidumbre, perplejidad y agobio” de los primeros momentos, junto con el “pánico de llevarnos el virus a casa”. Una situación que “coincidió con la falta de material de protección, incluso en los centros sanitarios, que nos obligaron en muchos casos a buscarnos la vida”.

Una realidad, destacaron, en la que “se impuso la solidaridad y la responsabilidad”. “Las élites estaban contando sus ganancias, y la gente sencilla era quién hacía frente a la pandemia”, han resaltado. “Fuimos la gente trabajadora la que estuvimos a la altura mientras que la derecha prefería dar una sensación de caos y conflictividad. Nos dimos la mano para tejer una red de solidaridad y la ultraderecha trató de usar la pandemia para enfrentarnos”, censuraron.

A pesar de la “satisfacción por el trabajo bien hecho”, consideraron que “falta el reconocimiento real de todos esos sacrificios y esfuerzos que hemos realizado”. “Queda dar satisfacción a las reivindicaciones de todos los colectivos a los que representamos”, han remarcado.

Y por ello reclaman “acabar con la temporalidad y dar estabilidad y garantías de futuro a nuestros puestos de trabajo. No es de recibo que quienes lo han dado todo e incluso se han jugado la vida, se vayan ahora a la calle”, reivindicaron.

La pandemia ha visibilizado los trabajos en los que se emplean mayoritariamente las mujeres, explicaba Chechu Rodríguez, secretario general de CCOO, quien señalaba que son normalmente empleos precarios y relacionados con los servicios o los cuidados”. “Las cuidadoras, cajeras y trabajadoras de la limpieza han sido algo esencial en un momento de fuertes necesidades. Nosotras lo sabíamos ahora, por suerte, se ha dado cuenta toda la sociedad”, explicáron Itziar Pérez y Carmen Úriz, que se alternaron en la lectura del comunicado.

Por ello, reclamaron “mejorar y dignificar las condiciones laborales de todas las personas que han estado trabajando en primera línea, cuidando a la gente, preocupándose de que nos les faltara nada”. “Hay que reconocer de verdad todo este trabajo como se merecen las personas a las que representamos: atendiendo sus reivindicaciones”, concluyeron.

Jesús Santos, secretario general de UGT, recordaba minutos después que este 1º de Mayo de 2021 “es especialmente el día de los trabajadoras y los trabajadores de los servicios públicos, de la sanidad y de la educación, prioritariamente, pero también del personal de los servicios privados, de la limpieza, de la atención a las personas dependientes, del comercio, del transporte, de la seguridad y de un largo etc.”. Y añadía que era el momento de pasar de los símbolos a los hechos contantes y sonantes. “No voy a pedir aplausos para todos ellos, que ya los hubo en abundancia durante aquellos días. El mejor aplauso es que se reconozca todo el trabajo y el esfuerzo realizado”.

“Queda acabar con la temporalidad y dar estabilidad y garantías a nuestros puestos”

Trabajadora del SAD de Pamplona