La recuperación del empleo ya es una realidad. Pero las secuelas de la pandemia permanecen un mercado laboral que el propio Gobierno de Navarra observa con la máxima preocupación. Porque las desigualdades se han incrementado y las mujeres se encuentran hoy con mas problemas que los hombres; los jóvenes sufren para salir de la rueda de la precariedad, hay más 21.000 personas que hace un año que no trabajan y, entre quienes lo hacen, abundan cada vez más los "asalariados pobres".

"Ni siquiera la estabilidad laboral garantiza unas condiciones objetivamente dignas", explica el Observatorio de la Realidad Social en su último informe sobre el mercado de trabajo de Navarra, que analiza los datos de mayo. En este mes, 9.827 personas, en torno al 24% del total, acumulaban ya más de dos años sin trabajar. Y otras 11.301 llevan en la misma situación entre 12 y 24 meses. "Es un número altísimo", admiten desde el Gobierno de Navarra. En el último año, el desempleo de larga duración ha aumentado cerca de un 70%, un auge mitigado en parte por los ERTE, pero que esconde las dificultades de un grupo creciente de población para encontrar acomodo en un mercado de trabajo cambiante.

"A la para que los procesos de automatización continúan avanzando, las brechas dentro del mundo laboral se ensanchan. Y seguirán creciendo", explican desde el Observatorio de la Realidad Social, quien apunta este reto como uno de los principales a los que se enfrenta Navarra. De hecho, la recuperación de los últimos meses se ha asentado en el empleo masculino y de origen español, como muestran los datos del paro: baja un 11% entre los hombres y apenas un 2% entre las mujeres. Cae un 8,9% entre quienes tienen la nacionalidad española y sube un 4,5% entre la población extranjera.

Estas evoluciones tan dispares, a las que se puede sumar el comportamiento del empleo entre los jóvenes, confirman "la situación de debilidad de determinados colectivos", con lo que se afianza la idea de que "el desemplepo cada vez tiene un rostro más reconocible: mujer inmigrante, relativamente joven y con escasa formación". No en vano, el 71% de los desempleados totales tiene solo estudios básicos.

Este retrato genérico se concreta en más de 38.000 casos distintos, una cifra muy alejada del récord de desempleados de 2013 (más de 56.000 personas estaban a comienzos de aquel año en desempleo). Y acoge también a miles de personas que "encadenan contrato temporal tras contrato temporal en condiciones de incertidumbre permanente" que les dificulta "la construcción de un proyecto de vida propio.

El Observatorio de la Realidad Social explica que "un porcentaje por encima del 40% son contratos de menos de siete día", una cifra que da una idea "de un mercado de trabajo extremadamente polarizado".

Al igual que en otros campos, advierte el informe, la pandemia ha acelerado las tendencias de años y las ha condensado en uno con especial intensidad. "La cuarta revolución industrial, el auge del teletrabajo, el aumento del paro, la dualidad la economía de plataformas o el poder de los sindicatos son algunas de las cuestiones que se deben tener en cuenta".